Apuntes sobre fútbol y mercado

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Por Gustavo Veiga

El fútbol para pocos avanza como concepto, como idea-fuerza de un gobierno que hace de la exclusión un paradigma. Ya no solo afuera de una cancha y porque para ver los partidos hay que pagar abonos superiores a 1600 pesos mensuales. O sea, 1333 del básico y 300 del pack que permite seguir la Superliga. El avance de las grandes empresas que tienen el control del negocio va más allá, con la inestimable cooperación de los cráneos que ahora manejan la elite del fútbol argentino. Se da en varios frentes. Sobre los hinchas en tanto consumidores y sobre los clubes que montan el espectáculo y corren con sus gastos.

Podrían enumerarse varios ejemplos pero nos alcanzan dos para ser bien gráficos. El ministro de Modernización, Andrés Ibarra, acaba de firmar una resolución mediante la cual sólo se consideran eventos de interés relevante –como los denomina la desguazada ley de Medios– a los partidos que juegue la selección nacional. Eso significa que son los únicos que la gente podrá ver por la TV abierta o el cable, sin pagar adicionales. No corren más otros contenidos televisivos: un Mundial de un deporte cualquiera o la final de la Copa Libertadores, por citar un par de casos.

Algunos medios aluden al enojo que causó la medida en las cadenas Fox y Turner, como si hubieran querido apropiarse de la exclusividad del seleccionado. Pero la realidad contradice ese malestar. Se estima que recuperarán muy rápido su inversión en los derechos televisivos. Los cableoperadores que venden su producto ya alcanzaron un millón y medio de abonados al pack fútbol. Una cantidad que supera lo esperado a esta altura del año, con sobreoferta de refritos y sin partidos oficiales en pantalla.

El otro dato que alarma es la medida que estudia la Superliga y va contra los clubes, las sociedades civiles que el presidente Mauricio Macri pretende transformar en SA. Parece decorativa, aunque es mucho más que eso. Viene copiada de España, como los espejitos de colores que trajo Colón cuando llegó a nuestra América. Allá son sancionadas las instituciones que no cubren el 75 por ciento de la capacidad de la tribuna hacia donde van dirigidas las cámaras principales de la TV. ¿Será por esto que el Gobierno declama la vuelta del público visitante? Parece una movida guiada por el montaje del espectáculo antes que por una convicción para devolver derechos suprimidos.

“Esto se comprobará a través del material gráfico proporcionado por la unidad móvil y de las fotos que realizará en el minuto 30 del encuentro. De este modo podrá valorar la afluencia y distribución de público”, dice el reglamento de la Liga española refiriéndose al director de TV que cubrirá determinado juego. Se aclara que la medida quedará “suspendida en partidos que se disputen bajo condiciones meteorológicas adversas”. O sea, cuando llueve o nieve. Menos mal.

gveiga12@gmail.com

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