El Hospital de Niños de La Plata Sor María Ludovica estuvo varias veces en el centro de las noticias, durante los últimos años. El cierre de un salón de neonatología por inconvenientes a raíz de problemas con la infraestructura; desbordes cloacales en parte del área de terapia intensiva y disputas internas han hecho que este prestigioso hospital sea una de las grandes prioridades del gobierno de María Eugenia Vidal.

La flamante gobernadora, de la mano de la ministra de salud de la Provincia de Buenos Aires, Zulma Ortiz, busca volver a ponerlo a punto para que se convierta en un emblema, una especie de «Garrahan de la Provincia».

El Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata es un establecimiento pediátrico de alta complejidad que cuenta con 330 camas de internación, 15 mil egresos, 300 mil consultas y 2.500 cirugías al año. Y con la llegada de Vidal, el hospital tuvo recientemente cambio de autoridades.

El doctor José Pujol asumió como nuevo director ejecutivo, puesto que antes le pertenecía a Reinaldo Raimondi. Mientras que Viviana Altinier, Horacio Rivas y Silvina Prates fueron nombrados por la Dirección Provincial de Hospitales como directores asociados.

El 21 de febrero, fecha en la que asumieron los nuevos directivos, se halló, entre pilas de papeles, un informe preocupante. Este reporte, que nunca se había dado a conocer antes indicaba que el agua del hospital no era potable, y que estaba contaminada con la bacteria de escherichia coli (E. coli).

«Había un informe que ya estaba cuando ingresamos, que se había realizado en enero», explicó el doctor Pujol, director ejecutivo del hospital. «Nosotros asumimos el 21 de febrero. Trataba sobre las condiciones del agua en los tanques del hospital. Hay varios tanques que suministran, y las muestras, que se habían tomado de todos, revelaron que el problema estaba en tres o cuatro tanques. Cuando se descubrió esto, el Instituto Biológico hizo recomendaciones sobre la limpieza y cómo proceder».

EL AGUA DEL HOSPITAL NO ERA POTABLE Y ESTABA CONTAMINADA CON LA BACTERIA DE ESCHERICHIA COLI

«Desde ese momento se tomaron las medidas necesarias: se realizó una limpieza profunda y se pintaron con cal los tanques, además de cloralizar el agua. Esto, obviamente, es complicado porque se trata de un hospital, y para hacer estos trabajos se requiere cortar el suministro de agua en las zonas afectadas. El trabajo tomó unos 15 días, y cuando finalizó se realizó un nuevo muestreo para confirmar que ya todo estaba en orden y que el agua era potable», aseguró Pujol.

Los directivos anteriores habían descubierto que era una bacteria proveniente de los tanques que suministran agua al hospital, que habían llegado a contaminarse debido a que estos tanques en cuestión no tenían tapa, lo que facilitaba la acumulación de bacterias de todo tipo en su interior.

De esta manera, cuando las nuevas autoridades -grupo encabezado por Pujol, bajo el mandato de la ministra Ortiz y la gobernadora de la Provincia, María Eugenia Vidal- descubrieron el informe, que evidenciaba la detección de una bacteria, llevaron adelante tareas de limpieza, debido a la anterior investigación interna que reveló la causa raíz de la contaminación del agua del Ludovica. Los responsables y nuevos directivos se comunicaron inmediatamente con agentes de mantenimiento de la institución y con personal de bioseguridad, para la realización de un arduo y profundo proceso de limpieza de tanques y cloración de agua.

«SE REALIZÓ UNA LIMPIEZA PROFUNDA Y SE PINTARON CON CAL LOS TANQUES, ADEMÁS DE LA CLORACIÓN DEL AGUA»

Posteriormente, el Instituto Biológico, que depende del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, tomó muestras de todos los tanques, ubicados en diez zonas aproximadamente, y unos días después se obtuvieron los resultados, que demostraban que el problema se había dado ya que los tanques estaban destapados, y al mal estado de las cañerías, que se encontraban extremadamente deteriorados. Hoy, luego de las medidas tomadas, el asunto ya está solucionado: se taparon todos los tanques, pero no antes de una potabilización total de todas las zonas, menos el de la cocina del laboratorio, que es un área que no tiene contacto con el paciente.

«Las prioridades en esta nueva etapa consisten en mejorar la situación de los recursos humanos, infraestructura, tecnología del hospital y afianzarlo como centro pediátrico de alta complejidad y de referencia a nivel provincial y nacional», informó Pujol cuando asumió su cargo, y, de esta manera, ya se están resolviendo cuestiones como la anterior, para mejorar una de las instituciones clave de la Provincia, y afianzar las políticas de transparencia y acción que se pretenden llevar adelante durante los próximos cuatro años.

La semana pasada, las autoridades sanitarias de la Provincia y el municipio informaron sobre un brote de diarrea en Berazategui que provocó la muerte de dos personas y que afectó a otras 900. Por fortuna, la maquinaria se movió rápido, y los resultados de los análisis sobre la calidad del agua realizados por diferentes organismos técnicos de la Provincia determinaron bajos niveles de cloración, además de la detección en algunos pacientes la presencia de shigella, una bacteria que provoca diarrea. Esto mismo ocurrió en la localidad bonaerense de Rojas hace 12 años, en marzo del 2004, cuando un brote de shigellosis afectó a 3679 personas, principalmente a niños.

Por eso, se le pidió a la población extremar las medidas de prevención, como hervir el agua de red durante cinco minutos o colocar dos gotas de lavandina por litro, ya sea para consumo personal como para el lavado de frutas, verduras, utensilios de cocina, lavado de dientes y manos. «Los resultados de los estudios sobre la calidad del agua y la detección de la bacteria en los cultivos de pacientes afectados nos obligan a interrumpir preventivamente las clases por el término de 72 horas, para proceder a la limpieza y desinfección de los establecimientos, cortar la propagación interhumana y capacitar a los docentes y al personal que trabaja en las escuelas», explicaron desde el Comité de Crisis, constituido en el hospital Evita Pueblo por la ministra de Salud, Zulma Ortiz.

«El Estado se está ocupando del tema de manera conjunta a través de la Provincia y el municipio», señaló en un comunicado el director provincial de Epidemiología e Información Sistematizada, Iván Insúa. Agregó que la diarrea de origen bacteriano «tiene una transmisión muy rápida de persona a persona, por eso evitamos el agrupamiento de los niños y niñas».