La presentación en los cines locales de El gurí, película sobre la orfandad y sobre una niñez dura y difícil, se produce luego de que Mazza compitiera con su nuevo filme en la sección “Generation+14” del 65º Festival de Cine de Berlín, que está destinada a películas con temática infantil y adolescente. 


El director de El amarillo, Gallero y Graba contó que se sumergió en su propia historia “para contar una película sobre la orfandad y sobre un niño que se queda solo, aunque hubo algunas cuestiones de mi ser artístico que desatendí. Es un filme que apunta a la orfandad pero también a lo sólido que es el vínculo del amor. Tiene que ver con las dificultades que viví en mi niñez”. 
La película está protagonizada por el niño Maximiliano García, actor debutante y oriundo de Victoria, donde se filmó la película, a quien acompañan los actores Daniel Aráoz, Sofía Gala Castiglione, Federico Luppi, Belén Blanco y la española Susana Hornos, entre otros. 
García interpreta a Gonzalo, un niño abandonado por su madre (una joven prostituta que se alejó de él y su pequeña hermana a causa de una enfermedad terminal), que crece de golpe y debe asumir responsabilidades propias de los adultos, además de ayudar a sus vecinos: un veterinario y su mujer, sumidos en el drama de haber perdido a sus hijos, y el dueño del único bar del pueblo, que acaba de quedar viudo. 
La muerte, la soledad y la orfandad familiar y espiritual recorren todo el filme, en el que a pesar del tono decididamente dramático, Mazza -que a diferencia de sus obras anteriores, esta vez puso el acento en lo emotivo más que en una búsqueda estética o en la fuerza de lo visual- deja entrever una luz de esperanza para el protagonista y sus conocidos, al quedar frente a la posibilidad de una vida nueva y difícil, pero mejor. 

CLAVES. “Cuando tenía 9 años mi viejo se enfermó de cáncer y a los pocos días murió. A partir de ese momento me quedaron un montón de reflexiones sobre espiar el mundo adulto sumergido en una tragedia, pivoteando entre la desgracia y la vida lúdica del niño. 
Siempre pensaba dónde iba a vivir y cómo iba a seguir mi vida, y al rato me iba a jugar con mis amigos a las escondidas”, recordó el director sobre las semejanzas con el protagonista del filme. 
Y añadió: “A mi abuela, con la que yo me quedé viviendo y que es la misma que aparece en el filme, se le murieron los dos hijos, y por eso a mi me tocaba entrar a una casa que estaba siempre de luto, con las luces apagadas, siempre con velas y llantos. Eso es lo mismo que le pasa al gurí en la película: como a mí, no le resulta nada fácil entrar y llevar una vida en una casa en duelo”. 
Mazza señaló que alguien le dijo que “los padres queremos más a los hijos que lo que los hijos quieren a sus padres. Pero yo creo que eso es mentira, porque los hijos pensamos en nuestros padres todos los días de la vida. Yo pienso en mi viejo todo el tiempo. Y esos son pequeños datos que puse en la película y que provienen de una reflexión sobre mis propias vivencias, tras la muerte de mi viejo”. 
En ese sentido, el cineasta sostuvo que “fue una película muy difícil. No creo que sea mi mejor película, pero a pesar de sus errores creo que es muy profunda. Las otras películas son mucho más estéticas y esta quizás esta no sea tan rica, pero creo que posee un equilibrio natural que hace que tenga un plus que, si bien no sé cuál es, me hizo entrar en Berlín, algo completamente inesperado para mí”. 

PUNTO DE INFLEXIÓN. “Creo que es una película que despierta algunas emociones que le dan un plus que dejan pasar por alto sus errores y falencias. Tiene un aspecto muy emocional, hay muchos conflictos internos, los personajes están llenos de miedos y trabas, y pienso que eso se debe a que yo tenía una familia muy fragmentada y enfrentada entre sí”, abundó. 
Más allá de su carácter netamente autobiográfico, El gurí significa para Mazza un punto de inflexión en su carrera cinematográfica, especialmente en la búsqueda de un equilibrio entre sus aspiraciones artísticas -manifestadas en puestas en escena muy meticulosas y estéticas- y esta nueva intención de construir narraciones más cercanas a la emoción. 
“Esta película me devolvió al juego otra vez, me hizo volver a las fuentes. Actualmente estoy trabajando en tres guiones y estoy evaluando en cómo será, de ahora en adelante, la mezcla entre una estética impecable y marcada, con una historia narrativamente conmovedora. Mis próximas historias tendrán esto para hacerme reflexionar”, destacó el pintor y cineasta, que hace un año decidió afincarse en Victoria. 

Daniel Aráoz frente a desafíos actorales 
El actor Daniel Aráoz uno de los protagonistas del filme de Sergio Mazza, que llegó a salas argentinas, aseguró que el dramático rol de Julio que lo aleja del comediante desbordado que cultivó con eficacia, “tiene que ver con que he decidido ponerle el cuerpo a los desafíos”. 
“La llegada de este personaje es todo un desafío en este momento de mi carrera como parte de una veta dramática o trágica y lo que trato es de mostrar mi oficio, mi crecimiento como artista”, repasó Aráoz. 
A los 52 años, tras una vida ligada al teatro y un laureado protagónico en cine en El hombre de al lado (2010) el actor sostuvo que “estoy trabajando en otros planos porque hago comicidad y me encanta, pero la cosa es mucho más amplia”. 
“Obviamente -puntualizó- que no es fácil asumir estos desafíos y pasar de la comicidad al drama o meterme en la acción, pero hoy me siento atravesando todo eso, es mi trabajo y quiero que el público lo aprecie y lo evalúe”. 
En el mismo sentido, Aráoz afirmó que “tuve que esperar un tiempo para que llegara una película como El gurí y alguien como Sergio, a quien considero un amigo y conocí hace muchos años cuando escribimos un guión juntos, confiara en mí para este rol”. 
“Venimos de dos festivales (Berlín y Guadalajara) donde a la película le fue muy bien, pero la expectativa mayor es estrenar en tu país y ver qué le pasa al público argentino con esta historia, aunque de movida lamento que haya salido a los cines con pocas copias”, apuntó quien fue pionero en llevar textos de Roberto Fontanarrosa al teatro. 
Conmovido por ese cuento coral acerca de la muerte, la soledad y la orfandad familiar y espiritual, Aráoz resaltó que “lo que a mi me atrapó de El gurí es lo que cuenta sobre estos niños solos y me interesó acompañar esta visión de infancia”. 
Por si la apertura interpretativa exhibida en el filme no bastara, el también dramaturgo y director teatral contó que “estoy comenzando a trabajar en otro desafío al protagonizar un policial en la nueva miniserie de Gastón Portal, que es alguien que viene de hacer Las 13 esposas de Wilson Fernández que fue una serie memorable, de lo mejor que se vio el año pasado en la televisión argentina”. 
“Además -abundó Aráoz- voy a preparar dos obras de teatro para este año, una de las cuales es un unipersonal, y seguramente trataré de mantener en escena Fontanarrosa tributo (que compartió en el verano 2014 con Gabriel Goity) y Dos atorrantes (que hizo con Chichilo Viale durante la última temporada)”. 
Pero el gran paso de 2015 será tratar de coronar un trabajo de seis años para llegar a su ópera prima como director de cine para abordar una mezcla de documental y ficción. 
El autor de las piezas teatrales Esperando a Héctor Irusta y Ataque de pánico, comentó: “Sigo trabajando en el guión de una película que habla de la historia de una persona que lucha por los derechos de la mujer y en donde también actúo”.