La fiesta de fin de carrera de los estudiantes de Bioquímicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) terminó en escándalo. La polémica se desató porque este año la tradicional bajada se hizo en plena calle frente al hospital psiquiátrico Agudo Avila. Según los trabajadores, muchos pacientes se alteraron por la música a todo volumen, los ruidos, la espuma y el alcohol que consumían los alumnos. El decano de la facultad, Esteban Serra, confió que el aval para cortar el tránsito y hacer el festejo lo concedió el Concejo Municipal, pese a que él mismo tomó distancia y se opuso a la movida organizada por 250 egresados.

En noviembre muchas de las carreras que se dictan en la UNR tienen su fiesta de finalización de cursado. Las tradicionales «bajadas» de Medicina, Odontología y Derecho, entre otras, ya son un clásico pintoresco en la ciudad.

A diferencia de esas carreras, los alumnos de Ciencias Bioquímicas y Farmacia no se movilizan por las calles del centro ni terminan el festejo en una quinta alejada de la institución educativa.

Históricamente, el festejo de Bioquímica se venía haciendo sobre calle Suipacha entre Urquiza y San Lorenzo. Pero este año el decano Serra se opuso expresamente porque «recientemente se colocaron en un patio lindero unos tubos de hidrógeno, cuya cercanía con las parrillas donde se iban a hacer las hamburguesas era peligroso».

Entonces, los organizadores de la movida fueron al Concejo y solicitaron cortar Suipacha, pero entre Santa Fe y San Lorenzo. «No sabemos quién fue el cráneo que autorizó esto, pero fue una verdadera burrada», se quejó Daniel Aiup, delegado de los trabajadores del Agudo Avila (UPCN).

Según el delegado gremial, «parece que las autoridades que concedieron el permiso no repararon que de esta forma avalaban una tremenda fiesta en la vía pública frente a un hospital psiquiátrico donde se atienden pacientes con trastornos, algunos más severos que otros».

En base a la información que los propios organizadores publicaron en las redes sociales, Aiup dio detalles de la magnitud del evento. «Había 5.000 litros de cerveza, 7 baños químicos, máquina de espuma, parrilleros y música a todo lo que da con disc jockey», enumeró.

«No estamos en contra de que los estudiantes festejen la finalización de su cursado —aclaró el delegado de UPCN—. Nos oponemos, desde el sentido común a que se haga frente a un hospital psiquiátrico, por el impacto que genera entre los pacientes».

Fuentes gremiales apuntaron que actualmente hay unos 60 pacientes internados en el Agudo Avila. Y cerca de mil se atienden de manera ambulatoria en el centro de salud.

«La verdad es que tuvimos muchos problemas, porque muchos pacientes escuchaban la música a todo lo que da, el festejo y querían salir del hospital y sumarse», agregó el delegado gremial.

«El tema es que había gente de seguridad privada —continuó— que les negó esa posibilidad y eso generó malestar y frustración entre muchos pacientes, que terminaron alterados».

Además, como el festejo duró varias horas, desde antes del mediodía hasta cerca del anochecer, generó trastornos entre los vecinos y en el tránsito vehicular.

Al respecto, Aiup sumó: «Primero cortaron la calle con un tronco, después hubo agentes de Control Urbano que vallaron la zona y confirmaron que estaban autorizados a hacer el festejo en la calle, complicando incluso el ingreso y egreso de ambulancias al hospital. Un disparate».

Consultado por LaCapital, el director del Agudo Avila, Esteban Campello, se limitó a señalar que no estaba de acuerdo con la celebración frente a la institución que dirige. Y aclaró que nadie lo consultó para que diera su consentimiento.

En la misma línea, desde la Secretaría de Control y Convivencia municipal tomaron distancia de la movida. Fuentes de esa dependencia dijeron a este diario que no tenían constancia de un pedido de autorización.

Y remarcaron que los inspectores se hicieron presentes para ordenar el tránsito ante la presencia de jóvenes disfrazados que festejaban en la vía pública tomando alcohol y bailando durante horas.