En la mañana de este miércoles, pudimos observar la presencia de un caballo al costado de la ruta (Acceso a Victoria).

 

Varios automovilistas transitan o pasan por ese lugar continuamente, lo que hace que esta problemática de los animales sueltos no deje de ser mínima, ya que si este animal se pasa a la ruta, puede ocasionar un accidente de tránsito.

 

Aunque no parezca, este tipo de “descuidos” por parte de quienes deberían controlar que esto no suceda, genera un peligro constante para quienes transitan por las rutas y la posibilidad de un accidente siempre está presente.

Tras producirse un accidente de tránsito en la ruta, normalmente no existe forma de demostrar la propiedad o la tenencia del animal, a fin de imputar la responsabilidad que definen nuestras leyes.

 

Esta situación es grave no sólo porque no se le puede reclamar el daño a nadie, sino porque los verdaderos responsables eluden cualquier tipo de condena moral y/o legal, sin tomar verdadera conciencia de sus actos o, si la toman le es indiferente.

No existe la verdadera libertad sin responsabilidad y no existe responsabilidad sin temor a sufrir las consecuencias por los actos perjudiciales que se ocasionan a los demás.

Por su volumen, el impacto de un vehículo con un caballo o una vaca suele generar verdaderas tragedias. Generalmente por su altura, el animal se monta sobre el capot y se estrella con el parabrisas generando lesiones directas a los ocupantes, esta circunstancia es peligrosa en extremo, aún si el accidente se produce a bajas velocidades.