Ante la preocupación por el desmoronamiento de la ladera de la llamada ‘Colina de la Virgen’, desde el Círculo de Ingenieros Agrónomos de Victoria apuntaron a obras anteriores de apertura de calle que eliminó prácticamente el talud, el agravante de la composición arcillosa del lugar, y las vertientes que presenta.

Para hacer frente al problema, la Municipalidad a través de su área técnica, encomendó tres estudios de suelo en distintos puntos del borde afectado, para evitar malgastar fondos públicos en intervenciones apresuradas.

En tanto, los agrónomos aducen una multicausalidad que se fue superponiendo en el tiempo; que «al no haber sido frenadas a su debido momento, cada proceso destructivo se fue potenciando con el siguiente, y así sucesivamente hasta lograr el resultado final: Desmoronamiento».

Los ítems que compartieron con Paralelo 32 son diez, donde enumeran entre otras «retamas Caña De Castilla y cañaveral, que allí había y que fijaban las laderas abruptas de las colinas y que se fueron eliminando hasta quedar muy pocas. Estas especies arbustivas frenaban la erosión y los desmoronamientos al fijar el suelo con sus raíces».

Agregan que «también se perdieron árboles y otros arbustos naturales de nuestra zona que han desaparecido sobre la colina, y nunca se repusieron. Molles, Aguaribay, Espinillo, etc., que propiciaban el mismo efecto benéfico.

Otro proceso erosivo de alto impacto sobre la colina -según la mirada de los agrónomos- ha sido el tránsito de motos, «que dejaron surcadas las laderas promoviendo primero la erosión en cárcavas y luego desmoronamientos en cada una de las zanjas que se crearon artificialmente por los repetidos pasajes de estos competidores».

Además, consignan curiosamente que «el pasto de las colinas al ser cortado muy bajito a nivel tierra por la desmalezadora en las áreas críticas de pendiente, no frena la velocidad del agua de lluvia. Al caer tremendos chaparrones y repetidos como las que tuvimos en 2015, y los actuales de abril de 2016, no cabía sino esperar lo que paso: Desmoronamiento de la Colina».

Llegado este punto también hacen mención a las vibraciones causadas por el tránsito vehicular sobre la colina y calle Laprida, «que se trasmiten como ondas sonoras sub superficiales a distancia, produciendo movimientos milimétricos, especialmente en años secos? a todo ello, hay que sumarle una característica habitual de nuestro paisaje ondulado: Las vertientes, que en años de altas precipitaciones como éstos, suben las napas freáticas, haciendo que aflore agua de las profundidades a la superficie, en los planos inclinados de la media loma».
Otros indicadores

Serían estas algunas de las causales identificadas por el Círculo de Ingenieros Agrónomos, «todos ellos procesos destructivos, aunque se encuentren alejados en el tiempo», que actúan superponiéndose en un momento determinado, que es precisamente cuando hay años muy llovedores.

Sin embargo, insisten en que «todas estas razones no explican en su totalidad las causas de desmoronamiento, hay que agregar a ello el corte de la colina para hacer la calle Laprida, impidiendo su contención por desaparecer la base de la misma. Es más, recién a partir de este último hecho es que comenzó a desmoronarse la colina de la virgen. No es solamente responsabilidad de la lluvia la que causa el desastre, solamente es el detonante final; pero en lo previo, convengamos que somos todos nosotros que no protegemos el ambiente».
Qué hacer

Para los profesionales agrónomos, sería oportuno hacer un relevamiento topográfico de la colina, con la consecuente sistematización del predio con curvas de nivel o terrazas de escurrimiento, tipo diseño Inca para disminuir la velocidad de circulación del agua y por lo tanto la erosión.

Estas terrazas o curvas de nivel, «deberían construirse con gaviones de malla de alambre galvanizada y piedra mora o caliza por ejemplo».

Asimismo, al pie de la colina recomiendan «hacer un último gavión de contención de la base, rematando en una vereda». Al tiempo de recolocar la tierra desmoronada y ubicarla en su lugar original, pero ahora protegida por los taludes artificiales mencionados.

Otra observación casi sobre el final para asegurar este sector es la siembra de todo lo que es tierra con pasto, «ray grass por ejemplo, o plantar panes de gramilla. Y reforestar toda la zona protegida con arbustos como retama, espinillo, molle. Todas especies autóctonas de bajo porte para no entorpecer la visual».

Por último, sugieren cercar la colina en todo su perímetro «para que nunca más ingresen motos o automóviles por sus costados y entrada principal. Solo gente caminando. ¿Qué profesionales se necesitan?: Ingenieros agrónomos – Agrimensores – Ingenieros civiles. Época de ejecución: Comenzar cuando se retire el fenómeno del Niño (julio/agosto) y terminar antes de que comience el verano».
Qué hace la Municipalidad

Esta semana arribó a la ciudad de las siete colinas, un experto paranaense en análisis de suelo que, convocado por las autoridades locales, tomó muestras para analizar cuyos resultados estarían disponibles para la semana entrante.

Fuentes consultadas por Paralelo 32 adelantaron que se trata de un relevamiento topográfico planialtimétrico (para saber pendientes y hasta donde avanzó la falla) y estudios de suelo a partir de tres perforaciones en distintos puntos de la colina (parte alta, media y baja), donde se identifica como principal problema son las vertientes de las napas subterráneas, y que para hacer una contención física (a modo de terrazas), primero se necesitan esos resultados «no es descabellado pensar que si sigue erosionándose la colina, corra riesgo la imagen religiosa que le da nombre».

Además precisaron que: «allí se intervino el pie del talud de la colina, primero con la calle y luego con una vereda, quitándole apoyo a esa superficie de tierra y lo que está manifestando ese desborde obedece a los intentos de la naturaleza por recomponer el apoyo que la mano del hombre le cercenó, digamos por desconocimiento o simple negligencia».