El fiscal de Nogoyá, Federico Uriburu, confirmó que este martes a las 9 será la audiencia ante el juez de Transición y Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, donde se presentará un nuevo pedido de prisión preventiva contra el cura condenado Juan Diego Escobar Gaviria por otra causa que se abrió en su contra por abuso y corrupción de menores.

juan diego

De este modo, el sacerdote volverá a salir de la Unidad Penal de Victoria para responder ante la Justicia. También informó que “hasta que quede firme la condena corresponde el contralor de la situación del preso a la Cámara de Gualeguay porque está en un situación que no es condena firme, y una vez que esté firme la sentencia pasa a la justicia de Ejecución de Penas de Paraná”. Por otra parte, mencionó que la causa que investiga la desaparición en 2002 de cinco miembros de la familia Gill en Crucecita Séptima está “en un compás de espera porque desde el Juzgado se solicitaron presupuestos a empresas que realizan excavaciones”. Los trabajos se realizarán “en lugares puntuales de un campo que fueron señalados por un testigo que supo tener una relación de charla con (José Rubén) “Mencho” Gill a quien lo habría visto en distintos lugares haciendo diversos pozos”. Agregó que estuvo “en Viale y Seguí con gente que se ha contactado diciendo que tenían datos para brindar, pero siempre esos datos tienden a la hipótesis de que la familia está enterrada en algún campo”.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza) Uriburu confirmó que “mañana se dispuso la audiencia para hacer un pedido de prisión preventiva por la causa que nació en agosto pasado, antes del juicio en su contra, y que está en plena etapa de investigación”. Aclaró que esta nueva audiencia “no tiene nada que ver con la causa que está en Casación” y en la cual se lo condenó a 25 años de prisión.

Respecto de los días del cura en la cárcel, mencionó que “ha sido atendido clínicamente en el Penal” pero aclaró que se enteró “de casualidad” ya que “las cuestiones que suceden en el Penal no son comunicadas a los fiscales y se tramitan ante la Cámara que lo condenó”.

Sostuvo que “en principio estaba en un pabellón de pre ingreso, alejado del resto de la comunidad carcelaria, pero luego de la condena estimo que habrá sido trasladado”.

También informó que “hasta que quede firme la condena corresponde el contralor de la situación del preso a la Cámara de Gualeguay porque está en un situación que no es condena firme, y una vez que esté firme la sentencia pasa a la justicia de Ejecución de Penas de Paraná”.

Vale recordar que Escobar Gaviria, miembro de la Cruzada del Espíritu Santo –la orden religiosa que dirigió el cura Ignacio Peries, residente en Rosario, y que ahora bastonea Henry Wilson Echavarría, afincado en Estados Unidos–, que fue párroco de Lucas González, en el departamento Nogoyá, entre 2005 y 2006, enfrentó en agosto último un juicio oral que derivó en una durísima condena, la primera para un miembro activo del clero, por parte del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay.

Situación de la causa Gill

Respecto de las novedades en la causa que investiga la desaparición en 2002 de cinco miembros de la familia Gill en Crucecita Séptima, una pequeña localidad del departamento Nogoyá, el fiscal informó que a partir de la aparición de un nuevo testigo “estamos en un compás de espera porque desde el Juzgado se solicitaron presupuestos a empresas que realizan excavaciones”.

Explicó que “no se habla de cualquier excavación porque se necesita una empresa con tecnología para buscar bajo la tierra sin necesidad de hacer tanta excavación”.

Puntualizó que las excavaciones se harían “en lugares donde no hubo trabajo alguno hasta el momento”. “Es un campo muy extenso y se harán en lugares puntuales que fueron señalados por un testigo que supo tener una relación de charla con (José Rubén) “Mencho” Gill a quien lo habría visto en distintos lugares haciendo diversos pozos”, explicitó.

De todos modos, agregó que “estamos a la espera y abiertos a nuevos testigos y estuvimos en Viale y Seguí con gente que se ha contactado diciendo que tenían datos para brindar, pero siempre esos datos tienden a la hipótesis de que la familia está enterrada en algún campo”.

Sobre el testigo, Uriburu explicitó que “esta persona habló hace pocos meses y por temor no lo había hecho antes del fallecimiento del señor (Alfonso) Goette (dueño del campo donde trabajaba Gill) y pasó un año hasta que decidió contactarse con un policía que nos comunicó la información”. “Hay todavía mucho temor hacia la figura de Goette”, cerró el fiscal.

José Rubén “Mencho” Gill y su familia fueron vistos por última vez en el velorio de un amigo el 13 de enero de 2002, en Viale, a 30 kilómetros de La Candelaria, el campo en el que vivían y donde el hombre trabajaba como peón. 14 años después, persiste el misterio, nadie sabe nada de Mencho Gill, de 56 años en ese momento, su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26; ni de sus hijos María Ofelia, de 12; Osvaldo José, de 9; Sofía Margarita, de 6; y Carlos Daniel, de 2.