Piden que tome impulso la producción pública de aceite de cannabis
Organizaciones que participan de la Red Cannábica Santafesina podrán en marcha una serie de acciones para que el gobierno provincial impulse los proyectos de producción pública de medicamentos en base a cannabis, una alternativa terapéutica cada vez más extendida para abordar distintas patologías. Actualmente, la obra social Iapos cubre el tratamiento de 52 afiliados que reciben gratis el fármaco importado de Estados Unidos y Canadá. Según advierten los integrantes de la red, la elaboración estatal de derivados del cannabis no sólo permitirá el acceso a productos de calidad comprobada, sino que también reducirá los costos de las terapias.
Con esos argumentos, integrantes de la asociación civil Miradas podrán en marcha hoy una colecta de firmas en la esquina de Paraguay y Córdoba para pedir al gobernador Omar Perotti «que se continúe y profundice la decisión política del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) de investigar y producir medicamentos con base cannábica».
La misma iniciativa se desarrollará durante el mes próximo en la capital provincial.
«El cannabis medicinal es hoy alternativa complementaria de varias terapias que abordan distintas patologías. Sin embargo, la mayoría de los aceites circula en forma clandestina y se consume sin conocer siquiera cuál es su composición. Por eso creemos que el tema debe estar en manos científicas y en esto, los laboratorios estatales y particularmente el LIF deben jugar un rol central», apuntó el referente de Miradas, Fabián Peralta.
Las organizaciones que integran la red cannábica, formada en año pasado entre entidades de toda la provincia, promueven el autocultivo como modelo de acceso «seguro y gratuito» al cannabis. No obstante, «es importante que aquellas personas que no puedan o no deseen cultivar puedan recurrir a la producción pública, donde actualmente existe el conocimiento y la tecnología para elaborar derivados del cannabis», sostuvo Ignacio Canabal, fundador de la Asociación de Usuarios para el Abordaje del Cannabis y otras Drogas (Aupac).
En marzo de 2017, el Congreso nacional aprobó la ley que posibilita la investigación científica, la formación de profesionales de la salud y la producción estatal de medicamentos realizados en base a derivados del cannabis para el tratamiento de la epilepsia refractaria.
Unos meses antes, en noviembre, la provincia había sancionado su propia norma que incorpora los medicamentos a base de cannabis en el formulario terapéutico provincial para el tratamiento de patologías como epilepsias, cáncer, dolores crónicos, fibromialgia, glaucoma, esclerosis múltiple, tratamiento del dolor o estrés postraumático.
Desde entonces, la obra social de los empleados públicos santafesinos (Iapos) financia tratamientos en base a aceite de cannabis, principalmente en el tratamiento de la epilepsias refractarias. Actualmente, son 52 los afiliados que acceden a esa cobertura.
De acuerdo a datos del Iapos, la mayoría de los pacientes recibe el producto comercializado bajo el nombre de aceite de Charlotte que se importa de Estados Unidos. El frasco de 100 mililitros tiene un costo de 275 dólares, más gastos de importación y envíos.
Sólo dos afiliados acceden al aceite elaborado por la empresa canadiense Tilray. En este caso, los frascos de 25 mililitros tienen un costo de 30.500 pesos.
Un proyecto con historia
Los proyectos para la producción pública de medicamentos en base a cannabis van camino a cumplir tres años. A mediados de 2016, el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) comenzó a vincularse con la Facultad de Ciencias Bioquímicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
En ese marco, junto al Conicet se desarrollaron métodos analíticos para preparados medicinales a base de cannabis. Con la facultad colaboró con el Servicio de Cromatografía Gaseosa, con el que se realizaron ensayos para evaluar la performance de la metodología de análisis y se pudieron determinar perfiles de cannabinoides en extractos provenientes de plantas y de aceites.
Con esos conocimientos, se proyectó la instalación de una planta piloto de investigación y, a posteriori, una de producción de derivados de cannabis, que permitiría una producción de 2.000 frascos de 50 mililitros para pacientes de la provincia de Santa Fe, incorporados en un estudio clínico. En una segunda etapa comenzaría la producción a escala industrial, para elaboración, fraccionamiento y envasado, en las dependencias del LIF.
Pero la obtención de materia prima para la elaboración del aceite frenó la propuesta. Se gestionó la donación de flores desde Uruguay, pero Nación nunca autorizó la importación. La segunda posibilidad, era comprar aceite de cannabis a granel y luego fraccionarlo en el laboratorio público, pero eso también quedó en stand by por el cambio de gestión.
Hasta ahora sólo la provincia de Jujuy obtuvo los permisos necesarios para la producción de cannabis medicinal, a través de una sociedad del Estado asociada a la firma Green Leaf Farms International, radicada en Estados Unidos, que se dedica a esta industria desde hace 8 años.