Hace tan sólo cuatro meses atrás, un hombre con problemas psiquiátricos mató a su madre a martillazos en la cabeza en Victoria, de la misma manera que había asesinado a su abuelo hace 17 años. Anoche, otro joven con deficiencias mentales apuñaló de muerte a su madre. 

La comunidad de la ciudad de las siete colinas permanece consternada por un nuevo matricidio cuando eran las 21.50, Luis Leonardo Sartirana (45) miraba televisión junto a su hija en la habitación de un domicilio de Cortada Martin y Boulevard Rivadavia de Victoria. Mientras, en la cocina de la casa, se iniciaba una discusión entre su esposa María de los Ángeles Gaitán (40) y el otro hijo de la pareja, Elián Lisandro (21). 

Cuando personal policial llegó al domicilio, a raíz de la denuncia de Sartirana, encontraron a la mujer sin vida con una herida de arma blanca a la altura del cuello lado derecho. De acuerdo al parte de la fuerza, en la cocina de la casa, madre e hijo habían iniciado una discusión que rápidamente se transformó en un ataque fatal. El joven de 21 años le asestó varios puntazos con un cuchillo de cocina a su madre, lo que le había ocasionado la muerte prácticamente en forma instantánea. 

El joven se dio a la fuga pero a las 00.10 fue localizado y aprehendido sin que opusiera resistencia en Boulevard Rivadavia entre calles Arenales y José Paso por personal de la División Investigaciones. Por disposición de los fiscales intervinientes Dres. Gamal Taleb y Fernando Martínez el joven debía ser hospitalizado, mientras que el cuerpo de la víctima fue derivado a la morgue judicial de Oro Verde. 

Según confirmó el jefe de la Departamental Victoria, comisario Lucio Villalba a El Despertador el programa que se emite por Elonce TV: “El joven fue derivado al hospital Salaverry donde permanece internado con custodia policial. Está alterado, sabemos que padece trastornos psicológicos y está siendo tratado por eso”. Al consultarle al funcionario policial sobre denuncias por discusiones anteriores en el seno familiar, este acotó: “El padre anoche estaba muy alterado y fue muy difícil mantener una conversación con él tendiente a obtener más datos”. 

En la oportunidad, Villalba hizo hincapié en que la comunidad victoriense está muy consternada porque hace tan sólo cuatro meses atrás, “en hecho muy reciente, el hijo dio muerte a su madre con su martillo”. 

El funcionario policial hacía referencia a Matías Ciceri, un hombre de 37 años con problemas psiquiátricos que mató a su madre a martillazos en la cabeza en la ciudad entrerriana de Victoria, de la misma manera que había asesinado a su abuelo hace 17 años, y luego se entregó a las autoridades, en los primeros días de noviembre pasado, en una vivienda ubicada en Suipacha 472. 

La víctima fue identificada como Juana Mercedes Charpentier (60). Tras cometer el crimen, su hijo se presentó en la Jefatura Policial Departamental de Victoria, a unas 12 cuadras de su vivienda. «Con los brazos ensangrentados, se sentó en el patio de la repartición, esperó a que lo atiendan y en estado de shock confesó que había matado a su madre», indicaron voceros del caso. 

Inmediatamente, personal policial de la División Criminalí stica acudió al lugar y encontró a la mujer sobre la cama, ensangrentada, pero todavía con vida. La víctima tenía los signos vitales muy debilitados, graves heridas en la cabeza producto de los martillazos y en la cama había masa encefálica. 

Charpentier fue trasladada al hospital Fermín Salaberry de Victoria, donde a pesar de los esfuerzos médicos falleció alrededor de las 20 debido a la gravedad de las heridas recibidas. 

Según las primeras investigaciones, se pudo establecer que la mujer sufría una enfermedad terminal, por lo que prácticamente no se movía de su cama en la vivienda donde vivía junto a su hijo y su pareja. 

Ciceri había vuelto a vivir con sus padres hace muy poco tiempo, en los últimos meses, tras cumplir un tratamiento psiquiátrico en la ciudad de Federal, aunque pedía internarse en algún centro psiquiátrico ya que «tenía alteraciones morbosas que le provocaban ataques psicóticos», explicaron oportunamente las fuentes consultadas. 

Para perpetrar el crimen, el joven esperó a que la pareja de su madre saliera a realizar unas compras a un negocio del barrio y en ese momento la atacó. 

Si bien los vecinos llevaban una convivencia «normal» con esta familia y no habían tenido problemas, la ciudad quedó conmocionada ante el homicidio de la mujer porque otra vez hubo un crimen en la misma familia. 

Hace 17 años, en la misma vivienda y de la misma manera que a su madre, Ciceri asesinó a su abuelo paterno, hecho por el que estuvo un año detenido hasta que lo declararon «inimputable», es decir que se consideró que no comprendía la criminalidad de sus actos y evitó ser sometido a juicio. 

Tiempo después, estuvo internado en distintos hospitales psiquiátricos de Paraná y Federal hasta que le dieron el alta luego de varias salidas transitorias a su casa. 

La familia Charpentier-Ciceri estaba signada por la tragedia. En 1994, el tío del joven y hermano de su madre, Julio Charpentier, fue condenado a prisión perpetua por el crimen de la beba Daiana Moreira (1), hija de Omar Ramón Moreyra, quien un año antes había ganado tres millones de dólares en el Quini 6. Debido al estado público que tomó que el hombre se había vuelto millonario, le secuestraron a su hija y el 1 de octubre de ese año la niña apareció muerta en el domicilio de los Charpentier-Ciceri. 

Aparentemente, Charpentier y un cómplice tenían previsto pedir un rescate de 200.000 dólares, pero como la beba lloraba mucho le colocaron un colchón encima y la asfixiaron.