Una familia integrada por un matrimonio y sus cuatro hijos y desaparecida hace 16 años, volverá a ser buscada tras la reactivación de la causa por «averiguación de paradero» por aportes de un nuevo testigo.
Gill y sra
Las autoridades judiciales de Nogoyá confirmaron que hoy 5 de enero, por  la mañana se iniciará el operativo para buscar datos en un pozo y en un arroyo que permitan aclarar o no la misteriosa ausencia de los integrantes de toda la familia.

El juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, envió este viernes las cédulas a las partes que intervienen en la causa que se investiga la desaparición de la familia Gill, con el fin de notificarlos que  se iniciarán las excavaciones en el campo de Alfonso Goette, un agricultor ya fallecido, propietario del campo donde trabajaba y vivía Gil,  señora y sus cuatro hijos; Esta diligencia judicial se realiza cuando se cumplen hoy 16 años y 25 días que desaparecieron.

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La notificación judicial da cuenta que se confirma el operativo dispuesto a fin de avanzar con «la inspección, exploración, rastrillaje, excavación  de un pozo dentro del campo, como también de una parte del arroyo» que se encuentra en la propiedad de Goette.
En la cédula se hace saber que ya fue dispuesto el personal policial, médico forense de Nogoyá y del Superior Tribunal de Justicia, para que intervengan en caso de ser necesario en el procedimiento. También se presentará en el lugar una persona que colaborará con equipamiento adecuado para emprender la inspección y posible posterior remoción de tierra y lecho de arroyo, en caso de ser de interés.
El juez, también citó a personal de la Policía Científica y de Criminalística en el operativo, quiénes junto a bomberos, realizarán la «búsqueda y exploración de restos óseos o cadavéricos y todo otro efecto que pueda tener relación con los integrantes de la familia Gill Gallegos», remarca la cédula judicial.

En la misma, el magistrado dispone que personal policial llegue en custodia para asegurar la ejecución de la exploración del territorio por el tiempo que sea necesario.
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No hay registros oficiales ni datos migratorios sobre el destino de Gill, de 56 años, peón rural; de su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26; ni de sus hijos María Ofelia, de 12, Osvaldo José, de 9, Sofía Margarita, de 6, y Carlos Daniel, de 2.

Sin embargo, uno de los testigos a los que el fiscal Federico Uriburu volvió a entrevistar el año pasado contó que ese 14 de enero había visto a Rubén Gill quejándose por los pozos que le habían ordenado cavar en el campo donde trabajaba.

La estancia, de alrededor de 500 hectáreas, se ubica en el pueblo de Crucecitas Séptima, a 50 km de Paraná, y pertenecía a Alfonso Goette, quien murió en 2016 en un accidente automovilístico en Viale. La muerte de Goette fue lo que animó a los testigos a aportar nuevos datos.

Se indicó que las inspecciones se podrían realizar, contando con la importante sequía que hay en la zona. Esto favorecería, sobre todo, la búsqueda en la zona interna del arroyo.