Dos empresas prueban en humanos una posible vacuna contra el coronavirus
La compañía Pfizer y su socio alemán BioNTech anunciaron que su potencial vacuna contra el coronavirus comenzó a probarse en pacientes sanos
Ambos laboratorios están desarrollando conjuntamente una candidata a vacuna basada en material genético conocido como ARN mensajero, que lleva las instrucciones para que las células produzcan proteínas. Inyectando un ARN mensajero especialmente diseñado en el cuerpo, la vacuna podría potencialmente decirle a las células cómo hacer la proteína de la púa del coronavirus sin realmente enfermar a una persona.
Debido a que el virus típicamente usa esta proteína como una llave para abrir y tomar el control de las células pulmonares, la vacuna podría entrenar a un sistema inmunológico saludable para producir anticuerpos para combatir una infección. La tecnología también tiene la ventaja de ser más rápida de producir, y tiende a ser más estable que las vacunas tradicionales, que utilizan cepas de virus debilitadas.
Moderna, Inovio, CanSino y varias otras compañías farmacéuticas están probando enfoques similares, algunos de los cuales comenzaron la primera fase de pruebas en humanos hace unas semanas. Pero ninguna vacuna hecha con esta tecnología para otros virus ha llegado al mercado mundial.
Pfizer, que tiene su sede en Nueva York, y BioNTech inyectaron el mes pasado en Alemania a los primeros voluntarios humanos con su vacuna candidata, llamada BNT162. La inyección experimental se administró a sólo 12 adultos sanos, aunque el ensayo se ampliará eventualmente a 200 participantes.
En los Estados Unidos planean probar la vacuna en 360 voluntarios sanos para la primera etapa del estudio, sumando 8.000 voluntarios al final de la segunda etapa. El estudio se llevará a cabo en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, el Centro Médico de la Universidad de Rochester y el Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati.
Los participantes se dividirán en grupos para comparar cuatro variaciones de la vacuna, cada una de las cuales representa un formato de ARN mensajero con instrucciones para hacer una pieza distinta de la maquinaria de la proteína de punta. Los médicos vigilarán de cerca los niveles de anticuerpos de los participantes, las enzimas del hígado y otros indicadores de posibles efectos secundarios.