Cristiano Ronaldo y Lionel Messi (AFP).
Cristiano Ronaldo y Lionel Messi (AFP).

No hubo epopeya en Old Trafford y Cristiano Ronaldo se fue frustrado. Lo mismo le pasó a Lionel Messi en Madrid. Es cierto, el portugués no ha sido señalado como “la cara de la derrota” de la eliminación, pero seguramente sintió sensaciones parecidas a las experimentadas una semana atrás por el crack argentino.

Los dos se ilusionaban con ganar una nueva Champions, pero la cruda realidad los golpeó con dureza: ni Manchester United ni PSG tienen nivel para eso. Sus juegos son pobres y sus victorias en los torneos locales llegan más como consecuencia de la jerarquía individual que del funcionamiento colectivo.

Esto pasa hace rato demostrando, como tantas veces ha pasado en la historia del fútbol, que acumular figuras sin una estrategia clara suele tener un final más traumático que exitoso. Al margen de esto, da pena ver como, de a poco, una etapa gloriosa empieza a cerrarse. El argentino y el portugués han sido dos competidores formidables por un trono del que empiezan a despedirse.

Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.
Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.

Es absolutamente lógico. Se está cerrando una era y los protagonistas hablan con sus gestos. Aún son extraordinarios. Por lo hecho hasta acá, dejaron huella y quedarán para siempre en la historia, pero es evidente que su incidencia en los partidos decisivos ya no es la misma.

Messi y Cristiano, los protagonistas que han dominado la escena del fútbol de más alto nivel en los últimos quince años, por segundo año consecutivo mirarán los cuartos de final por televisión. El año pasado uno estaba en Barcelona y el otro en Juventus. Esta temporada se pasaron a equipos económicamente más poderosos pero el resultado es el mismo.

Uno, el portugués, ya tiene 37 años y el otro, el rosarino, el argentino, el capitán de la Selección -hoy el lugar que más y mejor lo protege-, cumplirá 35 en junio. El inexorable paso del tiempo los ha reconvertido en otro tipo de futbolistas. Su talento les permitirá seguir luciéndose tal vez con objetivos colectivos más modestos “a nivel clubes”.

Pero los dos tienen un hermoso e inmediato desafío por delante: ganar lo que nunca consiguieron. La Champions ya es historia. Ahora Messi y Cristiano le van a apuntar al Mundial Qatar 2022. Ahí está la chance de su gran revancha para empezar a despedirse de la mejor manera.