Aumentaron las consultas médicas por los efectos negativos del estrés en la salud cardíaca
Un cardiólogo explica cómo las emociones pueden afectar de manera negativa al corazón y por qué es importante tratar el tema.
El estrés es, lamentablemente, uno de los compañeros más fieles de la sociedad moderna. La ansiedad afecta a la salud mental, pero también se manifiesta de forma física en algunos cambios que provoca en el cuerpo, sobre todo en el corazón.
De alguna forma, el cuerpo trata de enviarnos señales de “socorro” para advertir que algo nos pasa, que algo no está bien. De este modo, el estrés puede afectar nuestra capacidad de conciliar el sueño, llevarnos a tener una mayor irritabilidad o a presentar falta de hambre o, al contrario, conducir a un apetito intenso.
Pero, además, genera cambios en los ojos, en la boca, en la piel y hasta en el corazón. Es importante identificar estos síntomas para revertirlos y, a la vez, combatir el estrés para frenar el proceso dañino en el organismo.
La realidad es que en el país aumentaron las consultas cardiológicas por palpitaciones debido al estrés, cansancio, miedo, incertidumbre, angustia, ansiedad y soledad, entre tantos otros factores. Ahora, ¿puede realmente el estrés dañar el corazón? La respuesta es sí.
Pablo Lamelas (M.N. 129.220), cardiólogo intervencionista del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y profesor de Epidemiología Clínica, Universidad de McMaster Canadá, explicó que el estrés es un reconocido factor adverso del sistema cardiovascular.
“El estrés puede causar daño al corazón y a las arterias del cuerpo mediante múltiples mecanismos. Por un lado, se encuentra el estrés crónico -causado por muchos factores como trabajo excesivo, problemas familiares y de pareja, etcétera- que genera aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca y que puede desencadenar arritmias que son adversas a la salud cardiovascular. El incremento de la presión arterial sostenido en el tiempo puede causar un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV)”, advirtió el cardiólogo.
Por otro lado, Lamelas sostuvo que el estrés agudo o repentino también puede causar problemas cardiovasculares graves como infartos. “Las razones por las cuales el estrés agudo puede causar un problema cardiovascular grave o muerte súbita pueden ser múltiples: la más frecuente es que los pacientes tengan formas de enfermedad coronaria subclínica o no diagnosticada, en la cual la pared de la arteria tiene colesterol y el estrés lo que hace es aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y genera una rajadura de esa placa de colesterol, formándose un coágulo en la arteria que tapa el flujo de la coronaria, es decir, causa un infarto”, precisó.
Generalmente, añadió, los pacientes que sufren un infarto sobreviven lo suficiente como para llegar a una guardia médica, aunque un grupo de pacientes puede sufrir una muerte súbita relacionada a un infarto sin tener ni siquiera la posibilidad de ser atendido. En pacientes con enfermedad coronaria, conocida o no conocida, una descarga de adrenalina súbita inducida por estrés puede causar un infarto.
En ese sentido, el especialista dijo: “Más allá de las obstrucciones coronarias, el estrés agudo también puede causar vasoespasmo coronario, que es cuando las arterias del corazón reducen su calibre de manera momentánea, por la tormenta de adrenalina súbita y luego recuperan su calibre normal y el flujo hacia el corazón. No obstante, durante el espasmo, también existe riesgo de muerte súbita”.
El estrés agudo, alertó Lamelas, también puede causar daño directo al músculo cardíaco sin mediar por las arterias coronarias, lo que se llama miocardiopatía por estrés o Takot-Subo. Suele suceder más en mujeres que están en la premenopausia, porque sufren una caída de la función cardíaca súbita con dolor de pecho, que simula un infarto coronario, aunque no presentan antecedentes de enfermedad cardíaca. Esos pacientes suelen evolucionar bien tras una internación de unos días.
Por último, Lamelas concluyó: “Por todo lo anterior, el estrés es un demostrado y peligroso enemigo del sistema cardiovascular y puede generar daño de manera crónica y aguda. El estrés crónico debe ser tratado mediante actividad física, alimentación sana, actividades de relajación y con terapias que trabajen las causas del estrés”.