La tasa de desocupación se situó en 5,7%, según el Indec.

 

En el complejo entramado socioeconómico de cualquier nación, el desempleo representa no solo un desafío para los individuos que se ven privados de un ingreso estable, sino también un dolor de cabeza para la economía en su conjunto.

 

El impacto es multifacético y devastador: la falta de empleo no solo afecta la capacidad de las personas para cubrir sus necesidades básicas, sino que también genera un círculo vicioso que afecta la demanda de bienes y servicios, desacelera el crecimiento económico y puede provocar desequilibrios sociales significativos.

 

A nivel personal, esta situación conlleva en muchos casos a un estrés financiero, pérdida de autoestima y una sensación de incertidumbre que afecta la salud mental y emocional de los individuos. Además, la falta de ingresos estables dificulta el acceso a, por ejemplo, préstamos personales o créditos para viviendas, creando un ciclo difícil de romper.

En este sentido, en el país, el panorama nacional refleja un aumento significativo en el temor al desempleo, revelado por una reciente encuesta de Opina Argentina. Este factor se ha convertido en una preocupación creciente para la población, reflejando una inquietud generalizada sobre la estabilidad laboral y las oportunidades de trabajo.

 

Y es que el temor al desempleo se ha arraigado como una preocupación mayoritaria en la sociedad, alcanzando un preocupante 30% desde febrero de este año. Esta percepción se acentúa especialmente entre mujeres y aquellos con un mayor poder adquisitivo.

 

En esa línea, la realidad económica de los encuestados refleja una situación desafiante, ya que 6 de cada 10 expresan que están peor económicamente que hace un año, mientras que solo el 18% afirma estar en una posición mejor. Esta tendencia se refleja también en la capacidad de ahorro, siendo solo el 20% quienes indican poder hacerlo y el 78% carece de esta posibilidad.

 

A pesar de esto, hay indicios de un ligero optimismo en cuanto a la situación económica personal. En el último mes, se registró un aumento de 3 puntos porcentuales en el índice de optimismo, que asciende a 18 puntos desde diciembre pasado. Sin embargo, persiste un escepticismo considerable, ya que el 50% de los encuestados aún prevé un empeoramiento.

Por su lado, los hombres (38%) y los jóvenes (41%), que representan los segmentos más alineados con el oficialismo, exhiben las expectativas más positivas. Mientras, paralelamente, se observa que a medida que disminuye el poder adquisitivo, aumenta el sentimiento optimista entre la población.

 

En cuanto a las previsiones sobre la inflación, estas muestran una tendencia a la baja continua. De acuerdo con la consultora, el número de encuestados que identifica la inflación como el principal desafío económico ha descendido del 42% al 32%. Además, se ha registrado una suba de 3 puntos porcentuales en abril y de 40 puntos desde diciembre en la expectativa de una disminución de la inflación en los próximos meses.

 

Pero, en lo que concierne a la preocupación por la desocupación, ¿cómo está el escenario en Argentina? Según los últimos datos publicados por el INDEC, durante el cuarto trimestre de 2023, la tasa de actividad, que indica la proporción de la población económicamente activa (PEA) sobre el total de la población, se situó en el 48,6%. En cambio, la tasa de empleo, que muestra la proporción de personas ocupadas respecto a la población total, alcanzó el 45,8%.

 

En contraste, la tasa de desocupación, que representa a las personas sin empleo, disponibles para trabajar y en búsqueda activa de empleo en relación con la PEA, se ubicó en un 5,7%. Además, la tasa de subocupación abarcó el 10,5% de la PEA, los otros ocupados demandantes y los no demandantes disponibles en conjunto llegaron al 11,3%.

 

El informe del Indec reveló que la juventud de entre 14 y 29 años enfrentó una notable incidencia de desempleo, con tasas del 13,4% para mujeres y del 11,5% para hombres. En términos urbanos, los centros con mayor desocupación fueron Mar del Plata (9,3%), seguido por el Conurbano bonaerense (7,4%), Gran Santa Fe (6,3%) y San Nicolás-Villa Constitución (6,1%). Es interesante notar que este último trimestre presenta los índices de desempleo más bajos desde que se inició la serie estadística en 2004.

 

“Entre las regiones, las que mostraron la mayor tasa de desocupación fueron Gran Buenos Aires y Pampeana, con 6,5% y 5,6% respectivamente. Al mismo tiempo, se destaca que la región con menor tasa de desocupación fue Patagonia (3,4%).

 

En referencia al nivel educativo de las personas desocupadas, el 71,5% cuentan con estudio hasta secundario completo, y el 28,5% presentan nivel superior y universitario, completo o incompleto”, indica el reporte del ente.

 

Por otra parte, las personas ocupadas alcanzaron alrededor de 13,5 millones de trabajadores, lo que representa un aumento de 0,4 millones de empleados en comparación con el cuarto trimestre de 2022, según datos del Indec. Este crecimiento es principalmente impulsado por empleos asalariados, lo que refleja cierta estabilidad en el mercado laboral.

 

Sin embargo, resulta significativo destacar que de estos 400 mil nuevos puestos de trabajo, la mitad corresponde a empleo formal (en blanco), mientras que la otra mitad aún se mantiene en la informalidad, es decir, en negro.

 

Panorama en el 2024

 

El panorama laboral en Argentina presenta un desafío de acuerdo con un estudio llevado a cabo por Bumeran. Este revela una baja en las intenciones de contratación, con solo el 65% de los especialistas en recursos humanos planeando contratar nuevos empleados en este 2024.

 

Esta cifra marca el nivel más bajo registrado por la consultora en los últimos tres años, mostrando un descenso significativo en comparación con el 71% en 2022 y el 75% en 2021 que tenían planes de contratación.

 

La disminución del 65% al 75% en dos años representa una pérdida de 10 puntos porcentuales en las intenciones de contratación, lo que podría indicar una mayor precaución por parte de las empresas debido a la incertidumbre económica y las condiciones del mercado laboral.

 

Entre las empresas que sí planean aumentar su plantilla, se observa una diversidad en cuanto al incremento proyectado: el 32% prevé un aumento del 10%, el 26% considera un incremento del 5%, y el 15% planea ampliar su plantilla en un 15%.

 

En relación con la reducción de la plantilla, un 28% de los expertos en recursos humanos confesó estar planificando despidos. En términos de magnitud, el estudio muestra que el 33% de las organizaciones planea reducir su plantilla en un 20%, otro 33% en un 5%, el 22% en más del 30%, y el 11% implementaría una reducción del 30%. Estas tendencias reflejan un ámbito complejo y dinámico, donde las empresas enfrentan decisiones difíciles en medio de un entorno económico cambiante y desafiante.

 

FUENTES

Plataforma Digital El Mejor Trato

Instituto Nacional de Estadísticas y Censos

Bumeran