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Elizabeth Santángelo

¿Has pasado noches desvelado, pero con ganas de dormir?
Está comprobado que para la persona que padece de insomnio, no es la solución recurrir a los fármacos, al uso de cafeína, nicotina, alcohol, o a los malos hábitos alimenticios tanto a las cenas copiosas, ni irse a la cama con hambre.
Las causas pueden ser variadas aunque básicamente están orientadas al estrés y a la depresión.
Pero ¿qué decir si manteniendo conductas normales, el sueño no llega?

Cuando un bebé está acunado por su madre, muchas veces alguna palabra o canción de cuna hace que ese bebé responda con un sueño placentero y confortable.
Al igual que un bebé, podemos recurrir a pensamientos llenos de tranquilidad, inspiración y gratitud, logrando ese sueño reparador que tanto estamos necesitando.
Para aquellos que no pueden conciliar el sueño es importante tener una actitud descansada, no planificar el día siguiente, no proyectar sobre “castillos en el aire” sino pensar en el hoy, en tiempo presente sin dejar que la fantasía o miedos latentes ocupen un lugar.

Cuando la noche se vuelve una oportunidad para llenarnos de buenos pensamientos, es sencillo conciliar el sueño, porque una noche de oración hará que tengamos un día productivo.
En otras palabras, podemos tener la certeza de que el descanso será pacífico y traerá un amanecer armonioso, un día para disfrutar.

“En paz me acostaré, y asimismo dormiré, porque sólo tú Señor, me haces vivir confiado”, así nos alienta un Salmo, y podemos disponernos a dormir, aceptando que el descanso es un derecho y una oportunidad que bien merecemos.

Entre tantas historias que se escuchan o leen respecto al insomnio, tal vez haya oído ésta:
“Posiblemente en alguna de esas noches de insomnio en la que no has podido conciliar el sueño has intentado contar ovejitas, pero veías como iba pasando el tiempo y no había manera de dormirse. También era muy típico de nuestras madres contestarnos eso de «pues si no puedes dormir cuenta ovejitas» “

Ciertamente un buen número de investigaciones que se han realizado en los últimos años han llegado a la conclusión de que contar ovejitas para que nos venga el sueño no sirve.
Muchos ya no recurren más a filosofías antiguas o modernas para conciliar el sueño.

Una buena opción:
Aceptar que fuimos creados libres de toda angustia y cansancio, y por esa razón es posible sentirse bien en cualquier momento, aún durante el descanso.

Quizás ahora puedes entregarte al sueño e irte a la cama sin una carga de preocupaciones, sin temores, y sin la incertidumbre de lo que puede esperarte mañana.
Aceptar que hay una Mente divina que gobierna todo y a todos en armonía, te ayudará a despertar a una nueva experiencia, con reales expectativas, sintiéndote vigoroso, dinámico y listo para empezar muy bien el día.

¿Quieres intentarlo?
Elizabeth representa al Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana, en Argentina.
Ella escribe acerca del bienestar y la salud a partir de un enfoque espiritual, abarcando la autoestima y superación.
Síguela enTwitter: @elisantangelo1