Couple Walking Together --- Image by © Paul Edmondson/Corbis

Por: Elizabeth Santángelo

«La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado»

Inspirador pensamiento de Gabriel García Márquez, notable escritor, editor y periodista colombiano, que fuera galardonado en 1982 con el Premio Nobel de Literatura.

Un mal recuerdo puede cambiar nuestro día, amargándonos y llevándonos  al plano de la depresión, o bien los buenos recuerdos ponernos de buen humor, tal vez haciendo memoria de algún hecho pasado o anécdota.

Tener consciencia de lo que somos hoy, es reflejar una individualidad con características espirituales que mantienen tu pensamiento activo, porque los recuerdos te detienen y paralizan, tanto en el pasado como cuando impiden que sigas avanzando en el presente.

El amor y el perdón ayudan a sanar un pasado desdichado.

Ni el pasado ni el futuro puede interferir con nuestro avance espiritual a través de la paz mental; solo el presente puede incluir tal posibilidad.

Cuando sentimos gratitud por los hechos pasados trayendo a la memoria esos recuerdos, son señales de bienestar y paz mental, pero mientras esos recuerdos vengan acompañados de resentimientos a causa de experiencias desagradables, que hasta pueden desestabilizarnos emocionalmente,  es oportuno estar alerta y desalojarlos para poder mantenernos sanos tanto física como emocionalmente.

Los recuerdos ¿pueden afectar la salud física o mental?

La experiencia de una amiga a causa de las continuas discusiones con su marido, hacía que al recordar que él regresaría de la oficina, le provocaba malestar e inquietud.

Al tener conocimiento de las verdades de la Biblia, ella trató de buscar algunas citas que la ayudaran a restablecer la armonía y paz familiar y poder orar afirmando no solo la identidad espiritual propia sino también la de su esposo, libre de desacuerdos o separación.

Esta situación estaba afectando su salud mental, aunque persistía en confiar en los resultados de la oración.

Al cabo de unas semanas, logró advertirlos al cambiar su manera equivocada de pensar respecto a su pareja.

Su esposo que acostumbraba a llegar malhumorado por los problemas en  la oficina, comprendió que no debía mezclarlos con los acontecimientos del hogar.

Ella con gratitud recordó que Mary Baker Eddy, escritora del Siglo XIX y fundadora del periódico The Christian Science Monitor (Diario reconocido internacionalmente), desde su juventud vivió experiencias difíciles en cuanto a las relaciones humanas, y más tarde habiéndolas superado con la comprensión del perdón y el olvido que otorga el Amor siempre presente, se sintió guiada a escribir en una de sus obras:

Al purificar el pensamiento humano, este estado de ánimo penetra con acrecentada armonía todas las minucias de los asuntos humanos. Trae consigo previsión, sabiduría y poder maravillosos; le quita el egoísmo al propósito mortal, da firmeza a la resolución y éxito al esfuerzo”.

Recordar estas mismas verdades le permitió a mi amiga, tal como si se despojara de un vestido pasado de moda, desprenderse de los pensamientos que la habían estado esclavizando, como el temor y la infelicidad.

Su presente está acompañado de progreso y espiritualidad.

Hay diálogo y aceptación mutua al construir sobre cimientos sólidos.

Tengamos memoria solo de aquello que nos edifica, que cumple con las expectativas de una vida saludable.

Cada experiencia vivida a través de la espiritualidad nos fortalece; trae a la memoria la mejor parte de la historia, porque el orgullo o quizás la tristeza quedan en el olvido,  para dar lugar a la paz y la felicidad auténticas.

Elizabeth se desempeña como Comité de Publicación en Argentina.  Siguela en Twitter: @elisantangelo1