El Conicet lanza un servicio de análisis de cannabis medicinal
Permititá a pacientes, familiares y ONGs llevar sus muestras para saber qué compuestos contienen.
Buscan modificar la reglamentación de la ley.
En todo el mundo se están haciendo investigaciones sobre su utilidad en neurología, psiquiatría y manejo del dolor crónico
A partir de marzo un equipo de investigadores del Conicet comenzará a brindar al público de todo el país un servicio original: cualquier interesado que se acerque al laboratorio del Hospital El Cruce de Florencio Varela podrá encargar un análisis detallado de medicamentos y aceites hechos en base a cannabis. La idea que lo guía es que los pacientes, familiares u ONGs que los consumen o distribuyen puedan contar con un estudio científico que detalle la cantidad y calidad de los componentes de estos preparados que se usan con fines medicinales.
Si bien algunas instituciones ya prestan servicios similares, este será el primero que funcionará bajo la coordinación de una médica neuróloga e investigadora del Conicet, Silvia Kochen, y tendrá el apoyo del equipo técnico de El Cruce y de la Universidad Nacional A. Jauretche. Este lanzamiento, además, marca un giro de 180 grados en la política oficial sobre el tema (ver recuadro). “Aunque no hay encuestas precisas, se estima que alrededor de un cuarto de toda la población utiliza productos derivados del cannabis, en forma medicinal o recreativa. Y en casi todos los países del mundo se están estudiando seriamente sus efectos terapéuticos”, le dijo a PERFIL la doctora Kochen, que también es docente de neurología en la Facultad de Medicina de UBA.
La experta –que además coordina la Red de Cannabis para usos medicinales (Racme)–, recordó que “como es un producto que tiene una situación legal compleja y suele pasar que sus usuarios están expuestos a recibir preparados hechos artesanalmente. Esto puede generar que consuman un aceite sin saber qué contiene, en qué concentraciones o qué moléculas lo componen”.
En ese contexto, hace ya un año la Racme presentó la idea de contar con un organismo oficial que pueda controlar la calidad de los derivados medicinales de esta especie. “Así, en marzo se lanzará el Servicio Tecnológico de Alto Nivel (STAN) de Control de Calidad de Cannabis, que funcionará en el Hospital El Cruce”, le dijo a PERFIL Marcelo Rubinstein, director del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular de Conicet. De acuerdo con los expertos, el flamante STAN estará integrado por un equipo de ocho técnicos e investigadores que utilizarán cromatógrafos y diversas técnicas de análisis químico para detallar los componentes y su concentración en los aceites y preparados artesanales que se usan con fines medicinales. “Además en el servicio participarán otros científicos que se encargarán de hacer una caracterización botánica de las plantas utilizadas. Finalmente, vamos a pedirles a quienes traigan la muestra que, en forma anónima, nos compartan datos sobre en qué patologías los usan con mayor frecuencia y los resultados que puedan percibir”, explicó Kochen.
“Eso nos servirá para diseñar estudios que respeten un formato más tradicional, cumpliendo los estándares usuales de la industria farmacéutica”. Elaborar cada informe para los interesados que lleven sus aceites tomará alrededor de una semana y el servicio tendrá un costo relacionado con el uso de los reactivos. “El precio aún no está definido, pero será accesible porque a todas las instituciones involucradas les interesa favorecer las investigaciones sobre este tema y, además, porque el Conicet es un organismo sin fines de lucro”, explicó Kochen. Investigación. El STAN es uno de los proyectos asociados a Racme. “Además, la red está preparando una propuesta para cambiar la actual reglamentación que contradice abiertamente el espíritu que tenía la Ley 27.350 sobre uso de cannabis medicinal”, afirmó Rubinstein.
“Hoy –agregó– la mayor parte de las personas que quieren probar los productos hechos en base a la planta de cannabis está desamparada porque las aprobaciones para importar la materia prima para elaborar los aceites derivados quedaban ‘enterradas’ en la burocracia de diversos ministerios. Y eso pese a que, actualmente, hay una enorme cantidad de evidencia médica que demuestra los beneficios que aporta en temas como manejo del dolor crónico, control de síntomas en los tratamientos oncológicos, neurología y varias condiciones psiquiáticas, entre otros problemas de salud. Y sus beneficios se están investigando en forma activa en naciones como Canadá, Israel, Inglaterra y casi toda América Latina. Además, incluso en EE.UU. los usos medicinales ya fueron aprobados en 48 de los 51 estados”, agregó. Según los expertos, lo esencial de la futura reglamentación sería poner al médico como el responsable de indicar su uso si considera que este tratamiento podría aportar beneficios terapéuticos. Por otra parte, los especialistas argentinos resaltan que “ante la demanda para tratar patologías, en lugar de importar –como ocurre hoy– estos aceites, podrían producirse localmente desde empresas farmacéuticas o laboratorios estatales, ofreciendo preparados con un control de calidad adecuado y garantizando la trazabilidad de estos medicamentos, lo que genera, además, la posibilidad de exportarlos”. Cambio de rumbo Según Kochen y Rubinstein, hasta hace poco hacer investigación científica sobre los usos medicinales del cannabis era casi imposible.
“Por ejemplo, durante el gobierno anterior, prácticamente todos los pedidos que se hacían para importar el producto desde EE.UU. para los ensayos clínicos quedaban varados en la Secretaría de Salud. Y eso pese a que –según la Ley 27.350– se iba a facilitar la investigación científica de estas moléculas”. Ahora esta idea parece estar cambiando. Y el ejemplo lo muestran las últimas reuniones de la Racme, en las que participaron funcionarios públicos. De hecho, la propia Ana Franchi, presidenta del Conicet, explicó que “desde Conicet apoyamos estas iniciativas y estamos a disposición de lo que necesiten. Porque creemos que tenemos que contribuir a que la gente viva mejor. La institución está preparada para abordar estos temas”.
(Fuente www.perfil.com).