La iniciativa de Sam Altman, director de OpenAI, funciona a través de un sistema que le permite a personas de todo el mundo registrar su identidad digital mediante un escaneo de iris, que almacena esa información en una red de blockchain a cambio de tokens que le llegan al usuario

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Sam Altman, el director ejecutivo de la empresa detrás de ChatGPT, lanzó un controvertido proyecto que generó polémica en varios países, entre ellos Argentina. Se trata de Worldcoin, una iniciativa con la que el CEO de OpenAI pretende crear «una nueva identidad y red financiera propiedad de todos».

Los cuestionamientos en contra de Worldcoin llegaron a raíz de que más de dos millones de personas de todo el mundo se dejaron escanear el iris para verificar su identidad digital y, a cambio, recibir un token de la empresa. El escaneo se realiza mediante orbes metálicos que en Argentina pudieron verse en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y Bariloche, y con los que más de 200.000 personas se registraron durante los últimos meses.

El protocolo de Worldcoin fue lanzado oficialmente el 24 de julio, y desde entonces los usuarios pueden intercambiar tokens de la firma y almacenar valor en la blockchain.

El proceso de identificación dura menos de un minuto y se concreta a través del dispositivo de escaneo de iris, llamado Orb. Una vez realizado, los participantes se llevan 25 tokens de Worldcoin, una criptomoneda que a su lanzamiento tenía un valor de 55 dólares, pero que con el correr de los días llegó a valer la mitad.

Para completar la verificación también es necesario instalar una aplicación en el teléfono móvil en la que se recibe un código QR. Luego, la «prueba de personalidad» obtenida por la esfera metálica se asocia al código QR. Con este paso, la aplicación se transforma en un pasaporte denominado World ID que también le permite a la persona acceder a una criptodivisa llamada Worldcoin.

Antes del lanzamiento del proyecto, Altman subcontrató cientos de «operadores» externos que cobran por cada iris escaneado. Sin embargo, el «dinero» obtenido aún no es canjeable, y Worldcoin se desliga de responsabilidades por operadores arrestados o agredidos debido a la oferta de incentivos falsos o a fallos técnicos persistentes.

Renta universal

La empresa detrás de esta iniciativa se llama Tools for Humanity (Herramientas para la Humanidad) y opera desde una fundación registrada en las Islas Caimán, un paraíso fiscal. Según el propio Altman, la confirmación de la identidad digital y el monedero World ID serán esenciales en el futuro para erradicar el desempleo a través de una renta universal.

Este escenario potencial llegará, sostuvo, cuando la inteligencia artificial supere a la humana y desate la automatización de millones de puestos de trabajo.

Más allá de los argumentos, el hecho de que Worldcoin recopile datos biométricos implica que podrán identificar a personas a la distancia. Y para muchos resulta preocupante que una base de datos de este tipo sea controlada por una empresa privada, aún cuando desde la propia compañía aseguran que la privacidad está garantizada porque los usuarios no tienen que proporcionar su nombre al hacer el registro.

Otro motivo de preocupación es que el formulario de consentimiento incluye una cláusula que indica que las esferas también toman imágenes en alta resolución del rostro, los ojos y el cuerpo, además de registrar signos vitales como el ritmo cardiaco o la respiración.

Aunque Worldcoin se presenta como una infraestructura de código abierto y descentralizada, hasta el momento ha sido privativa, centralizada y opaca. La empresa ha logrado recaudar 240 millones de dólares de destacadas firmas de capital riesgo de Silicon Valley, lo que indica el enorme interés comercial que suscita el proyecto.