Según un estudio reciente, su efecto en los niveles de homocisteína ayudó a frenar el ritmo de la contracción del cerebro.

El alzheimer es una enfermedad que debe tratarse ante los primeros síntomas (Foto: Adobe Stock).
El alzheimer es una enfermedad que debe tratarse ante los primeros síntomas (Foto: Adobe Stock).

La enfermedad de Alzheimer tiene una repercusión muy fuerte a cualquier edad, sin embargo, un estudio reciente sugiere que altas dosis de vitamina B pueden reducir a la mitad la contracción del cerebro en las personas mayores que experimentan algunos signos de la enfermedad.

La investigación, realizada por científicos del proyecto Oxford para la Investigación de la Memoria y el Envejecimiento (OPTIMA), se basa en el examen de 168 personas mayores que experimentaban cierto nivel de deterioro mental conocido como deterioro cognitivo leve.

Esta condición, marcada por lapsos de memoria y problemas de lenguaje, va más allá del envejecimiento normal y puede ser un precursor de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.

En el estudio publicado en la revista PLoS One, la mitad de los voluntarios recibieron una tableta diaria conteniendo niveles muy por encima de la cantidad diaria recomendada de la familia B de vitaminas, como el ácido fólico, B6 y B12, mientras que la otra mitad recibió un placebo.

Después de dos años, los análisis con resonancia magnética mostraron que la velocidad a la que sus cerebros encogían se había reducido. Si bien, el cerebro se encoge en promedio a una tasa de 0,5 % al año después de los 60 años, los cerebros de las personas con deterioro cognitivo leve se encogen el doble de rápido y en los pacientes que sufren alzheimer la contracción aumenta hasta 2,5 % anual.

Las personas que sufren alzheimer tienen dificultades para recordar. (Foto: Adobe Stock)
Las personas que sufren alzheimer tienen dificultades para recordar. (Foto: Adobe Stock)

El equipo de científicos detectó que, en las personas que recibieron suplementos de vitamina B, la contracción del cerebro disminuyó entre 30 y 50% frente a los otros participantes. La razón por la que esto sucede es que algunas vitaminas del grupo B, como el ácido fólico, la vitamina B6 y la B12, controlan los niveles de una sustancia de la sangre conocida como homocisteína. Los niveles altos de homocisteína están asociados con una contracción más rápida del cerebro y con la enfermedad de Alzheimer.

Los autores del estudio creen que el efecto de las vitaminas B en los niveles de homocisteína fue el efecto que ayudó a frenar el ritmo de la contracción del cerebro. Los especialistas dijeron que estas vitaminas están haciendo algo a la estructura del cerebro y el director del estudio, David Smith, indicó que “lo están protegiendo y eso es muy importante porque tenemos que proteger al cerebro para prevenir la enfermedad de Alzheimer”. Sin embargo, Smtih y sus colegas advierten que aún se requiere más investigación antes de poder recomendar el suplemento para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.

Los síntomas del alzheimer

Los especialistas recordaron además los síntomas que hay que tener en cuenta para detectar si una persona está sufriendo alzheimer:

  • Dificultad para realizar cuentas sencillas.
  • Pérdida de movimientos, como dificultad para levantarse solo.
  • Depresión, como una tristeza que no para y ganas de aislarse de la sociedad.
  • Hipersexualidad, pudiendo haber masturbación en público o conversaciones inapropiadas.
  • Irritabilidad en exceso por no recordar ciertas cosas o no entender determinada situación.
  • Agresividad, como golpear a amigos y familiares, lanzar cosas contra el piso o la pared.
  • Alteraciones de la vista, como dificultad para enfocar una imagen completa.
  • Dificultad de percepción y profundidad.
  • Dificultad para reconocer rostros y personas.
  • Disminución de la capacidad de comunicación escrita o verbal.
  • Dificultad para aprender nuevas tareas.
  • Olvidar acontecimientos de la vida diaria, como si comió, si se bañó, entre otras.
  • Fallas en la memoria frecuente, como salir de casa y olvidar el camino hacia donde iba.
  • Guardar objetos en lugares inadecuados, como el teléfono en la heladera.
  • Permanecer en silencio por largos períodos de tiempo a la mitad de una conversación.
  • Insomnio, dificultad para dormir o despertarse a mitad de la noche.