Juicio por muerte de un bebé de nueve meses reveló fallas para abordar la violencia

La fiscalía evaluó el estado de vulnerabilidad y violencia que padecía la madre de la víctima y que no fueron atendidos como corresponden
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La historia es escalofriante desde donde se la aborde: un bebé de nueve meses desnutrido que muere producto del abandono. Una madre víctima de violencia física, sexual y psicológica. Un hombre violento. Un Estado que no atendió las señales e ignoró con todo su aparato los pedidos de auxilio de una mujer, que desde que nació hace 46 años vivó cosas horrorosas. Fue vendida a Paraguay y cuando regresó a Santa Elena, lugar donde ocurrieron los hechos que la justicia le endilgó fue obligada a prostituirse.

El caso sucedió en Santa Elena en 2009, pero recién llegó a juicio en 2023. Los protagonistas judiciales que intervinieron en esta etapa no son los responsable de semejante demora, pero si fueron los encargados de contextualizar y proponer una salida que va más allá del encierro en una prisión.

La racionalidad de la fiscal coordinadora Matilde Federik puso fin a un hecho que debió recibir otro abordaje desde un primer momento. Este caso permite ver en contexto que en política de género se ha avanzado en la provincia.

Para la mujer la fiscalía solicitó la absolución. Para el hombre, que hoy vive en Santa Fe, una pena de tres años de ejecución condicional porque se le quitó el agravante. Ambos llegaron a juicio por abandono de persona calificado.

Según la imputación formal la criatura de nueve meses, que al momento de su deceso pesaba 5,800 kilos, no recibió la atención adecuada y por eso murió en septiembre de 2009. En el debate los defensores dijeron que al acusado hay que quitar el agravante del resultado muerte, porque no se pudo determinar fehacientemente que las acciones que él realizó produjeran ese resultado. En tanto, respecto de la mujer se pidió la absolución porque del análisis de la prueba surge condiciones de vida previas al hecho que permiten enmarcar el episodio en un contexto de violencia de género.

Se probó por distintas instancias que el acusado era una persona violenta con ella. Se estableció que ella denunció en 2003 que padecía violencia, algo que fue confirmado por una asistente social en 2005. Pero lo peor es que en 2009, antes del deceso de la beba ella advirtió que el hombre no la dejaba cuidar a la bebé, que la golpeaba cuando la tocaba. En la autopsia de la nena se encontraron marcas de golpes de antigua data, incluso de alguna fractura. Sin embargo, el examen médico no fue tenido en cuenta en el debate porque esta prueba fue excluida por pedido de las defensas oficiales que están a cargo de Rodrigo Juárez y Sebastián Ludi. Supuestamente no fueron notificados de esa medida. Y claramente, con esa prueba excluida, que brinda información respecto a la circunstancia en la que murió la nena, la situación del hombre mejora.

Juárez adhirió al pedido de tres años de prisión condicional, pero hizo algunas consideraciones y señaló que por la exclusión de la autoridad no se sabe la causa de la muerte, y destacó que en el hospital en San Roque, donde se llevó a la nena de urgencia el aparato para neutralizar los riesgos generados por una broncoaspiración no funcionaba.

Respecto a la mujer, Federik dijo cuando pidió su absolución que este delito de haber sido abordado con normas que hoy existen respecto de la violencia de género, “hubiera tenido este desenlace que debería tener ahora, ver que la responsabilidad de ella estuvo condicionada por ese contexto de violencia de género”.

Federik precisó que la mujer denunció varias veces esa situación y contó que cuando la mujer iba a tocar a la nena para asistirla el hombre le pegaba. Relató que una vez le pegó una patada en la cabeza. También resaltó que la mujer era obligaba a prostituirse. La fiscal mencionó que la mujer siempre estuvo en estado de vulnerabilidad.

Esta semana, los jueces Alejandro Grippo, Maurico Mayer y Gervasio Labriola darán a conocer su veredicto.

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