La diputada provincial Gracia Jaroslavsky (UCR) y el doctor Carlos Waisenstein -quien durante casi 20 años fue Jefe de Cirugía del Hospital Fermín Salaberry de Victoria- hicieron un repaso de la historia de nosocomio y advirtieron el riesgo que implica que, a pesar de las reiteradas promesas gubernamentales, el Salaberry hoy no cuente con un quirófano.b4a9f04f-4606-439f-af0c-d2ff3dba06ee

La legisladora dialogó con el Dr. Waisenstein sobre la historia del Hospital Fermín Salaberry, ubicado en la ciudad de Victoria.

El médico hizo un repaso por su fundación, cómo fue su funcionamiento a lo largo de los años, cuál es su situación en la actualidad y el fracaso qué implica que hoy, en 2021, el hospital no cuente con un quirófano para atender la salud de los 45 mil habitantes que tiene la ciudad.

“La promesa del Gobierno provincial de concretar un quirofano para el Hospital Fermín Salaverry a los memoriosos les resulta familiar, ya que las sucesivas gestiones se han comprometido a construir una sala de cirugía. No obstante, siguen pasando los años y la promesa nunca se concretó”, sostuvo Waisenstein, quien se desempeñó como Jefe de Cirugía entre 1995 y 2014. Su padre, el Dr. Marcos Waisenstein, también ocupó ese cargo y fue uno de los tantos pioneros de la medicina del siglo XX en la ciudad.

G.J: ¿Cómo fueron los comienzos del Hospital Fermín Salaverry?
C.W: El Hospital Fermín Salaberry abrió sus puertas en 1875 como hospital de caridad a cargo de la Sociedad de Beneficencia. Sus médicos trabajaban ad honorem y por aquel entonces funcionaba una pequeña sala de cirugía en una especie de patio interno cerrado que estaba ubicado en la parte delantera del hospital.
Así pasaron muchas décadas, con médicos cirujanos trabajando en condiciones precarias y escasos elementos, a pesar de lo cual -con voluntad y entusiasmo- solucionaban lo posible para la época.

G.J: ¿Cuándo se transforma en un hospital público?
C.W: Corría el año 1950 y en el gobierno de Juan Domingo Perón se toma la decisión de estatizar todos los hospitales de caridad. A partir de allí se transforma en hospital público.
Se construye entonces un pabellón moderno en la parte posterior. En esa primera época los Dres. Carballo y Radio -a cargo de la gestión del recientemente creado hospital provincial- acceden a la solicitud del Dr. Marcos Waisenstein de instalar allí una sala de cirugía que comienza a funcionar a mediados de 1950.

G.J: ¿Cómo fue el funcionamiento de aquella primera sala de cirugía?
C.W: Merced a varias donaciones del Sr. Francisco Gutiérrez se pudo equipar con instrumental -tanto de cirugía general como de traumatología- una sala espaciosa con dos camillas de cirugía y aparatología muy moderna para la época. Por ejemplo, había un aparato de Rayos X portátil, inusual en esos años.
Así comenzó a funcionar la sala de cirugía que durante muchas décadas atendió al 90% de la población. Al no existir todavía obras sociales, los victorienses se volcaban masivamente al hospital público.

G.J: ¿Qué tipo de cirugías se realizaban?
C.W: Médicos como el Dr. Julio Andrés, Jefe de Sala, el Dr. Maiocco, el Dr. Kairus y otros cirujanos abordaban con esmero no solo las cirugías generales, sino también las vinculadas a la traumatología, la ginecología y la obstetricia, con la suerte de contar con un anestesista siempre a disposición de la urgencia, como el Dr. Delcasse desde 1976.
A su vez, la gran experiencia del Dr. Diego Curmona hizo posible la realización de innumerables operaciones de cirugía mayor. Eran muy pocos los pacientes quirúrgicos que se derivaban a Parana en los años 80 y 90.

G.J: ¿Qué sucedió en los últimos 20 años con las cirugías? ¿Cuántas veces se prometió la construcción de un quirófano?
C.W: Durante todos esos años el hospital hizo frente a pequeños arreglos y adquirió algunos pocos elementos, como una mesa de anestesia y monitores, pero nunca -a pesar de las promesas de todos los gobernantes de turno que visitaron el Fermín Salaberry, quienes incluso traían planos aprobados por la Secretaria de Arquitectura de la Provincia- se logró construir una Sala de Cirugía con los requerimientos debidos.
Pasaron los años y hasta el 2019 se siguió trabajando en esa sala de cirugía, con nuevos y excelentes cirujanos y anestesistas.
En ese año se decidió tirar abajo el techo porque había una pérdida de agua que afectaba a la sala. Esa decisión, que se tomó pensando que la reconstrucción se iba a abordar de inmediato, fue equivocada.

G.J: ¿Desde ese momento no se realizan cirugías?
C.W: En el 2019 el hospital quedó sin Sala de Cirugía. Sólo cuenta con una pequeña salita en donde se puede hacer una cesárea de urgencia, una operación de apéndice o de hernia, pero si un paciente necesita una operación de vesícula tiene que hacerlo en el Sanatorio Policlínico privado que presta sus instalaciones con turnos acotados y solo realiza cirugías programadas. Es decir, que la mayoría de las urgencias se derivan a la ciudad de Paraná.
Esperamos que pronto se haga realidad la promesa casi eterna: Victoria hoy tiene más de 45.000 habitantes y un hospital sin quirófano.