Con estatus de epidemia mundial, las cifras de cáncer se prevén alarmantes y en aumento de cara a los próximos años.  En 2012 murieron 8,2 millones de personas en todo el mundo, cifra que incluye 4 millones de muertes prematuras, personas entre los 30 y 69 años.

Resulta urgente fomentar una mayor conciencia crítica en la sociedad sobre el cáncer y poner en marcha estrategias globales para abordar esta enfermedad, ya que la previsión para el 2025 es que el número de muertes prematuras por cáncer se elevará a la cifra de 6 millones al año.

Con aire esperanzador, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se podrían salvar un millón y medio de vidas por año si se logra el objetivo de reducción del «25% para el 2025», acordado por todos los países miembro en la última asamblea de la OMS celebrada en Ginebra, en mayo de 2013. Para llegar a la meta es necesaria una responsabilidad colectiva de respaldar a los países considerados por sus variables socioeconómicas en vías de desarrollo porque serán en los que se prevé el mayor aumento de casos.

El cáncer además de tener un tremendo impacto en la humanidad, también  provoca uno de tipo económico. Se estima que para el año 2030 el costo anual del cáncer llegará a los 458 mil millones de dólares. Para esto, la OMS estudia  invertir 2 mil millones de dólares anuales para encarar prevención de los factores de riesgo del cáncer más comunes como son el consumo de tabaco, el abuso de alcohol, una dieta poco saludable y la inactividad física.

Cuatro mitos erróneos

Hoy en el Día Mundial contra el Cáncer, la Unión Internacional para el Control del Cáncer(UICC) lanzó una campaña mundial con eco en más de 110 países donde ofrece toda la evidencia disponible para derribar cuatro mitos alrededor de la enfermedad,  basados en el objetivo 5 de la reciente Declaración Mundial sobre el Cáncer.

La UICC es la única organización no gubernamental dedicada exclusivamente al control mundial del cáncer. Trabaja junto a la American Joint Committee on Cancer (AJCC) y su misión es eliminar el cáncer y mejorar sus tratamientos.

En nuestro país, la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC) no sólo adhirió fervientemente a la campaña global sino que también tomó las banderas del tema para reforzar la idea: hay que hablar del cáncer. Es una buena estrategia para enfrentarlo.

María Graziella Donnet, presidente de LALCEC señaló: «El objetivo del Día mundial contra el cáncer es evitar millones de muertes que se pueden prevenir cada año creando una mayor conciencia sobre la enfermedad. Con la acción de los gobiernos y las personas de todo el mundo, podríamos implementar campañas eficaces que nos permitan paliar esta epidemia».

«Ya sabemos que el cáncer es una de las causas principales de muerte en todo el mundo. Y también sabemos que un tercio de esas muertes se pueden evitar y que muchos tumores malignos son curables si se detectan a tiempo», enfatizó Donnet.

Un mensaje potente

El Día Mundial contra el Cáncer es una iniciativa de la UICC y se trata de una jornada oficial reconocida internacionalmente desde 2005 y se conmemora cada  4 de febrero. Las creencias erróneas más frecuentes que se registran en la sociedad actual y que la UICC resumió en estos 4 mitos son:

1) No es necesario hablar sobre el cáncer; 2) No existen signos ni síntomas del cáncer; 3) No se puede hacer nada contra el cáncer y 4) No existe derecho a recibir atención sanitaria para el cáncer.

Al respecto el doctor Antonio Lorusso, director médico de LALCEC explicó a Infobae: «Estas falsas percepciones dificultan la detección y el tratamiento de la enfermedad, ya que los pacientes suelen sentirse desanimados, derrotados ante la patología. Y al no buscar ayuda dejan pasar oportunidades de tratamiento incrementando el riesgo de enfrentar escenarios más complicados. En cáncer hay mucho por hacer, pero tenemos que hacerlo juntos como sociedad».

Mito 1: No es necesario hablar sobre el cáncer

Aún cuando el cáncer puede ser un tema difícil de tratar, especialmente en determinadas culturas y entornos, abordar la enfermedad abiertamente puede mejorar su evolución a nivel individual,  de la comunidad y de las políticas públicas de salud.

Hablar sobre cáncer con la pareja, la familia, los amigos o los compañeros de trabajo puede ayudar a aliviar los sentimientos de miedo, enfado, tristeza, soledad o ansiedad.

En muchos entornos el cáncer continúa siendo un tema tabú y las personas con cáncer a veces son objeto de una estigmatización y discriminación tales que podrían impedirles procurarse atención médica.

Los grupos de apoyo pueden ofrecer un entorno protector y de acompañamiento para las personas con cáncer y las ayudan a expresar sus sentimientos. Además, proporcionan un espacio seguro en el que pueden compartir información sobre las opciones de tratamiento y sus efectos secundarios.

La reincorporación al trabajo es un paso importante para recuperar la estabilidad, el contacto social y los ingresos. Las empresas que muestran una actitud de apoyo contribuyen a reducir la ansiedad y proporcionar la capacidad y la confianza necesarias para afrontar el cáncer en el trabajo.

Mito 2: No existen signos ni síntomas del cáncer

La concientización es el primer paso hacia la detección precoz y la mejora del pronóstico del cáncer. Para muchos cánceres, como el de mama, el de cuello uterino, el de piel, el bucal, el colorrectal y determinados cánceres infantiles, los beneficios de la detección precoz son indiscutibles.

Salvo algunas excepciones, un cáncer en su fase inicial responde mejor a los tratamientos que en sus fases tardías. La detección precoz de algunos tumores malignos tiene especial relevancia en los entornos de bajos recursos y en algunos casos no requiere el uso de ningún tipo de tecnología de diagnóstico especializada.

Para muchos países en desarrollo, disponer de profesionales calificados para diagnosticar y controlar la enfermedad sigue siendo un reto. La mayoría se enfrenta a una escasez pronunciada de oncólogos y de otros especialistas, incluidos los histopatólogos.

En el caso del cáncer de cuello uterino, los estudios han revelado que incluso una sola citología entre los 30 y 40 años, puede reducir en un tercio el riesgo de por vida de una mujer de presentarlo.

Mito 3: No puedo hacer nada contra el cáncer

Las condiciones y los hábitos de las personas en su vida personal y en el trabajo repercuten en su salud y en su calidad de vida.

El consumo de tabaco, el factor de riesgo más común, está vinculado al 71% de todas las muertes ocasionadas por cáncer de pulmón y representa al menos un 22% del total de las muertes por cáncer. En función de las tendencias actuales, se estima que el tabaquismo acabará con la vida de mil millones de personas en el siglo XXI.

El alcohol es un factor de riesgo del cáncer que está estrechamente relacionado con el aumento del riesgo de cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, colon y mama. También puede aumentar el riesgo del cáncer de hígado y de colon en la mujer.

El sobrepeso y la obesidad también están estrechamente relacionados con el aumento del riesgo de cáncer de colon, mama, útero, páncreas, esófago, riñón y vesícula biliar.

La OMS estima que se producen 177 mil muertes de cáncer cada año relacionadas con la exposición laboral a determinados elementos carcinógenos, y que el amianto es la causa de una de cada tres muertes.

Se estima que las infecciones crónicas son las causantes de aproximadamente un 16% de todos los tumores malignos mundiales y esta cantidad aumenta a casi un 23% en los países en desarrollo.

Mito 4: No tengo derecho a recibir atención sanitaria para el cáncer

La desigualdad en el acceso a la atención médica entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo  afecta a la mayoría de los tumores malignos.

Los pacientes que residen en países en vías de desarrollo – cuyo cáncer se podría curar en los países desarrollados – sufren y mueren debido a la falta de concientización, recursos y acceso a servicios de salud de calidad relacionados con el cáncer.

Más del 85% de las 275 mil mujeres que mueren cada año a consecuencia del cáncer de cuello uterino viven en países en vías de desarrollo.

En los casos de cáncer infantil,  más del 70% de los 160 mil nuevos enfermos diagnosticados cada año en todo el mundo carecen de acceso a un tratamiento eficaz. El resultado es un índice de supervivencia bajo (alrededor de un 10%) en algunos países en vías de desarrollo, frente a aproximadamente un 90% en algunos de altos ingresos.

La brecha más grande e inaceptable en torno al tratamiento del cáncer se debe a la falta de cuidados paliativos adecuados y la falta de acceso a medicamentos para aliviar el dolor.

Las poblaciones pobres y vulnerables no pueden permitirse medicamentos costosos, además de tener que enfrentarse a otros obstáculos de acceso, como la distancia a los centros donde recibir un tratamiento de calidad.

Las diferencias de profesión, sexo, grupo étnico y, especialmente, las educativas también están vinculadas a los factores de riesgo de cáncer más comunes.

Los números de la región

Tampoco las conclusiones en los últimos congresos oncológicos de la región fueron para nada alentadoras. A fines del año pasado, una investigación de la revista especializada The Lancet Oncology fue categórica respecto del futuro de las enfermedades oncológicas en general y de nuestra región en particular.

El informe señaló 13 muertes por cada 22 casos de cáncer en la región de América Latina contra 13 muertes cada 37 casos en los Estados Unidos y 13 muertes cada 30 casos en Europa.

Los investigadores estiman que para 2030, 1,7 millones de casos de cáncer serán diagnosticados en Latinoamérica y el Caribe y habría más de un millón de muertes anualmente debido al cáncer.

«Los países latinoamericanos han centrado su inversión en salud en la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas, mientras el gasto en enfermedades no contagiosas,como el cáncer, no ha seguido el mismo ritmo», destacó el estadounidense Paul Goss, profesor de la Escuela de Medicina de Harvard, y quien lideró el equipo de expertos que realizó el informe.