Apple y Samsung se acusan mutuamente de violación de patentes en varios modelos de teléfonos, entre los cuales el iPhone 5 del grupo estadounidense y el Galaxy S3 con el que el surcoreano rivaliza, ambos lanzados al mercado en 2012.
Pero al atacar a Samsung, Apple realiza en realidad «un ataque contra Android«, el sistema operativo móvil de Google, indicó el martes durante la primera exposición de sus argumentos el abogado del grupo surcoreano, John Quinn, al jurado de San José, en California.
«Apple intenta limitar la elección de los consumidores y ganar una ventaja injusta con respecto al (programa) Android de Google«, acusó.
«Este caso no involucra a Google», aseguró sin embargo el abogado de Apple, Harold McElhinny. «Samsung, y no Google, eligió poner estas funciones en sus teléfonos«, dijo.
Android se impuso como el principal sistema operativo en el mercado mundial de los teléfonos inteligentes y tabletas, destronando al iOS, sistema instalado en iPhone y iPad. Google permite que varios fabricantes los utilicen, pero Samsung es el más importante.
Uno de cada tres smartphones vendidos el año pasado fue un Samsung, el líder del mercado. Apple, con sus iPhone típicamente más caros, fue segundo, con alrededor del 15% del mercado.
El juicio tiene lugar en el mismo tribunal y ante la misma jueza, Lucy Koh, que otros dos juicios muy mediatizados sobre modelos más antiguos de los fabricantes y que se habían saldado con una multa de u$s930 millones para Samsung, que apeló la decisión.
Apple reclama esta vez un resarcimiento de más de u$s2.000 millones, acusando a Samsung de haber vendido en Estados Unidos 37 millones de unidades que violan algunas de sus patentes. En su contrademanda, Samsung sostiene que Apple robó dos de sus ideas para el iPhone y el iPad.
Apple pide que Samsung le pague u$s40 de derechos de patente por cada aparato de Samsung que utilice software presuntamente ideado por la norteamericana. Esa cifra es más de cinco veces la suma solicitada en el juicio anterior y mucho mayor que en otros pleitos judiciales entre empresas de smartphones.
La jueza Koh tiene previsto otorgar 25 horas a cada una de las partes para que expongan sus pruebas. Con una frecuencia de tres audiencias por semana (lunes, martes y viernes), estimó que el juicio duraría alrededor de dos meses.
Reclamos
El juicio en el corazón de Silicon Valley marca la ronda más reciente de una larga serie de demandas entre Apple y Samsung.
Apple sostiene que Samsung le copió una tecnología que permite a quien busca un número telefónico o dirección en internet tocar sobre la lista de resultados, ya sea para llamar al número o colocar la dirección en un mapa. Apple también acusa a Samsung de copiarle la función «Slide to Unlock«, que se usa para desbloquear la pantalla pasando el dedo por ella.
Samsung respondió que Apple le robó un sistema de tecnología inalámbrica que acelera el envío y recepción de información.
Si Apple gana el caso, el costo para Samsung podría alcanzar los u$s2.000 millones. Si Apple pierde el pleito, se espera que sólo sufra un costo de unos u$s6 millones.
Cualquiera que sea el resultado, el más perjudicado el consumidor sea quien termine pagando los costos más altos. Los expertos creen que el litigio vuelva más caros los teléfonos inteligentes y otros dispositivos y que haga más lento el ritmo general de la innovación de los aparatos móviles.
«El efecto más directo de esta lucha de patentes en los consumidores sería si el juez bloquea del mercado la venta de uno de estos teléfonos populares«, dijo el profesor de la Escuela de Derecho de Rutgers Michael A. Carrier.
Carrier apuntó que los litigios sobre patentes le cuestan tiempo y dinero a las compañías, un lujo que no se pueden dar las pequeñas y medianas empresas.
«Lo que es aún más preocupante para la innovación es el impacto sobre los pequeños innovadores«, dijo Carrier. «Apple y Samsung se pueden permitir este litigio. La empresa prometedora recién formada no puede», agregó.
Los expertos dicen que el caso pone en evidencia que hay algo mucho más preocupante en el futuro de las innovaciones: qué puede ser patentado.
«Hay una sospecha generalizada de que muchas de las clases de patentes de software en cuestión fueron escritas de manera que cubran más terreno que lo que Apple o cualquier otra empresa de tecnología inventó en realidad», dijo el profesor de Derecho de Notre Dame Mark McKenna. «Las patentes demasiado amplias permiten a las empresas bloquear a sus competidores».